lunes, 23 de noviembre de 2009

QUISE HACER MEMORIA...



QUISE HACER MEMORIA...


Quise hacer memoria, recordar cuando fue la ultima vez que nos vimos, debía de hacer mucho por que pase de ser tu hija a, ser una tía buena en medio de una calle, donde pasabas con el camión sin conocerme, y que triste me sentí entonces.


Mamá, nos enseño a quererte como si aun permanecieras en casa, te marchaste dejando una esposa de 30 años, y el cuarto hijo recién nacido, esa era yo; tu vida era un juego, todas eran tus “primas”, cuando sentaste un poco la cabeza lo hiciste con una mujer diez años mas joven que Mamá, y que también tuvo un hijo tres meses después de nacer yo, despuès  dos mas.


Pasaron 21 años, y decidí no invitarte a mi boda, ya no te necesitaba, aunque Mamá dijo que hiciese lo que yo quería, entonces no te invite, me había sentido toda la vida estafada, sabiendo que tenia un padre y que no ejercía de padre, podías haberte dado cuenta que con el tiempo no querías a Mamá, pero nosotros no hicimos nada, solo quererte y respetarte por que Mamá así lo quiso.


Un día apareciste en casa de mi hermana, que te había mandado una carta el día del padre después de mucho tiempo de no saber nada de ti, a mis sobrinos le había hablado de su abuelo “muerto” hacia años, que palo tener que contarles la verdad para ir preparando tu estancia en su casa, mis hijos sabían que el se había ido con otra mujer, yo jamás miento y ellos me habían preguntado donde estaba mi padre, y cuando volviste aparecer fui con ellos a verte, lloramos al abrazarnos, y después hablamos mucho.


Me contabas lo desdichado que eras cuando ibas por la calle y mirabas a los jóvenes y a los niños, buscando algún parecido de familia y conocer alguno de tus nietos, y al decir eso llorabas, yo le comente que  era difícil buscar a sus nietos en la calle cuando no había reconocido a su hija confundiéndola con una de sus posibles conquistas, y lloro, lloro de rabia, de impotencia y de pena, lloro el tiempo perdido, lloro por haberse alejado de nosotros.


Tenia una hija que era más pequeña que mi hijo mayor, y el se conformaba diciendo... “Como no tengo nietos...” cada vez que lo recuerdo se me pone mala uva, encima lo decia sonriendo, y es lo que yo digo, jamás quiso reconocer sus errores, y así le fue.


No recuerdo haberle visto dos días seguidos comer en casa, no recuerdo dos noches durmiendo al lado de mi madre, no recuerdo màs que lo mucho que mi Madre hablaba de el, y como le quería, ella después de los años decia, que si le pasaba algo antes que a ella, no tendrían que darle una tila, pero se confundió, hubo que darle la tila, y lloro, sollozaba diciendo que hacia mucho que te había perdonado, porque aun te seguía queriendo.


Paso el tiempo, y caíste enfermo, pero yo no había vuelto a saber nada de ti, el día del Pilar, me llamo mi hermana para decirme que estabas muy mal, y que si hacia el viaje con ella para verte, le dije que no, no me apetecía encontrarme con tus otros hijos, que habían sido victimas como nosotros, de una vida que tu confundiste, haciéndonos desgraciados a cuatro hijos por un lado, y tres por otro.


Morías tres días después, no me sentí huérfana por que nunca habías sido mi padre, no me sentí sola por que nunca te había tenido, pero sentí dolor por que los dos y aun sin yo querer... llevábamos la misma sangre.

 

 


jueves, 19 de noviembre de 2009

NADIE TE LLAMO PRINCESA



NADIE TE LLAMO PRINCESA


Nadie te llamo jamás princesa, ni seco tus lágrimas con sus manos, ni te devolvieron una sonrisa, ni se quedaron abrazándote por la noche.

Nadie quiso mirarse en tus ojos, ni quedarse soñando dentro de ellos, ni peinar tu pelo con el viento, ni sentir tu corazón machacado dentro de tu cuerpo medio muerto.

Nadie te conoció como yo, cuando cuidábamos a mi madre, en las noches de invierno, cuando se paro su corazón, y el tuyo quería empezar a vivir... con tanto valor como palizas de tu marido, que ya hacia tiempo que no te quería, si es que te quiso alguna vez.

Quiso que murieras cada día, y al no hacerlo te pegaba cada noche, se reía de tus lágrimas, y se marchaba cuando a ti ya no te quedaban fuerzas, que para él era su fiesta en las noches.

Quedaste sola amiga mía, con tus hijos asustados de tu mano, sin más techo que la noche, sin más cariño que el que te devolvió la vida al cabo de los años, aunque aun no te vi sonreír.

Ojala el año que esta a punto de comenzar, te traiga todo lo que te debe de los años anteriores, y al fin tengas una vida como la que mereces.



viernes, 13 de noviembre de 2009

UN HOMBRE GUAPO


UN HOMBRE GUAPO


Yo, por entonces, quería un hombre guapo, y apuesto, del que pudiera presumir, claro yo tenia quince años...

Y todo eso lo conseguí, pero no era un hombre de palabra fácil, de risas, y de conversaciones amenas, al menos que fuese de trabajo, pero entonces no comprendía mas que de belleza externa, la interna se descubre mas tarde, cuando la primera se ha perdido.

Ahora, después del tiempo, le sigo amando tanto tanto que no se como puedo echar de menos otras cosas, como me gustaría que sonriera mas veces, que hablase conmigo de las cosas sencillas de la vida, y no de las cosas más negativas que suceden cada día.

A veces siento que yo exijo mucho a mi amor, teniendo en cuenta que nos casamos hace 36 años, y que la vida fue sencilla... mas o menos, que fuimos amantes siempre, pero no compañeros.

No compartimos ratos de ocio juntos, él no lee aunque respeta mis horas de olvido junto a los libros, compañeros siempre de mis aventuras y desventuras, de silencios y también voces, de sueños sin estar dormida.

Esto es una buena vida, pero no una vida feliz, y se me borra el buen humor, aunque siga sonriendo al viento, y casi siempre... a solas.
 

lunes, 9 de noviembre de 2009

UNA PERSONA SENCILLA


UNA PERSONA SENCILLA


Soy una persona que le gustan las estrellas como techo, y la hierba como lecho, la fruta del tiempo para alimentarme, y el agua de un cercano río para aliviar mi sed.


Y vivir al amparo de la naturaleza, sin mas prisas que el caer de las hojas en otoño, y la ropa tosca de algodón para vestir mi cuerpo.


Necesito pocas cosas para vivir en paz, con una vida sencilla, y alguien que me quiera de vez en cuando, sin que mi cuerpo necesite mas calor que el de un abrazo, y el olor de tu pelo en el viento.


Seria lo mejor de la vida ver pasar el río, aunque a veces necesite el azul del mar, y el arrullo de las olas, y mis pies pisando la arena.