jueves, 23 de junio de 2011

INVASORES



INVASORES


Cuando era pequeña, aun gustándome el tema ovni me daba miedo mirar al cielo, pensaba que algún día nos invadirían los “marcianos” y sentía sus grandes ojos vigilándome en las noches de luna, y mucho más en las noches oscuras y sin luz de mi tierra manchega.


Siempre pensé que algo había pasado en mis años de niña, cosas que olvide siempre, lo único que quedo en mi fue el miedo, me encogía en la cama, y sufría tanto que me quedaba paralizada, y con el corazón latiendo fuertemente como después de correr varios kilómetros, tratando de salvar la vida, pero jamás recordé nada mas.


No nos dimos cuentas de la invasión, todo paso despacio, tanto que cuando aparecieron los primeros Restaurantes chinos nos sentimos encantados, después llegaron a cientos, después los Bazares, y mas tarde los Masajes en la playa, las Rosas y los DVD de películas, o música en las noches de Madrid, personas que tienen que comer, y que son sometidas a vivir peor que animales en pisos donde tener un colchón para dormir es un privilegio (para algunos) porque otros se hicieron de oro maltratando y extorsionando, dejándolos vivir pero sin vida propia.


Que lejos queda de mi mente las invasiones marcianas, sus naves, y sus secuestros, ahora nos queda tiempo para pensar que si no hubiesen venido “muchos” de otras tierras o continentes, habría trabajo para todos en esta España, que cada día se encoge mas por el miedo a perderlo todo, y ver morir a nuestros allegados… de hambre y de incomprensión.
  



2 comentarios:

Valaf dijo...

Ah, qué aficionado fui a eso de los OVNI's, incluso me tiraba noches enteritas (en verano) mirando el cielo sin entender por qué yo no veía nunca nada.

El otro tema que tocas es delicado, mira, pondré un ejemplo de algo que le pasó a una cuñada mia, hace ya unos añitos.
Tenía que matricular al niño en el cole, párvulos, a los 3 años. Se daba la circunstancia que un hermano mayor ya estudiaba en ese centro y, además y para acabarlo de arreglar, vivía justo enfrente del colegio en cuestión.
Cuando fue a ver las listas de admitidos, su hijo no estaba entre los agraciados. Indignada, fue a hablar con la directora y su indignación alcanzó cotas estratosféricas cuando vio el por qué: varios niños de origen rumano ocupaban las plazas, niños que, además, no vivían en la zona. No pudo hacer nada...tuvo que matricular al pequeño en otro centro, alejado de su zona. La directora le dijo "No puedo hacer nada, esos niños ponderan más sólo por ser recién llegados"

Perdona el rollo.

Un saludo

Lola dijo...

Hola Valaf, tienes razón en todo lo que expones, no hay derecho que nuestros niños no tenga una plaza de colegio y que se las entreguen a los últimos que lleguen.
Las invasiones son así, casi siempre silenciosas, pero que nos damos cuenta (a veces tarde) de que nos invadieron sin poder evitarlo. Un abrazo amigo. Gracias por tus palabras.