lunes, 19 de diciembre de 2011

ENFERMEROS


ENFERMEROS

Parecía un Skins, su cabeza rapada en una época que no estaba de moda, estaba mal visto, té hacia pensar en cualquier cosa, hasta verle en su trabajo, donde era ternura y dedicación, amabilidad y sonrisas.

Ella  me hablo de “el” la primera vez que la ingresaron, me decia... ya veras que agradable, siempre aparece con una sonrisa, y mi nombre en su boca como un regalo.

Mi Madre chapada a la antigua, jamás había dejado que ningún hombre la tocase después de marcharse mi padre, y sintió la ternura y el amor que él dedicaba a su profesión, y hacia olvidar a sus viejitos donde se encontraban.

A mí, al verle la primera vez, serio, ante una llamada desde la habitación donde ella permanecía ingresada, me hizo pensar que mi Madre había perdido la cabeza, hasta que le vi trabajar... entonces me rendí ante su sonrisa dedicada a mi Madre, y la mire haciéndola notar mi admiración.

Solo se elige una profesión así, cuando lo quieres dar todo, y la vida rutinaria no te lo permite, cuando tu amor por la vida es grande, cuando quieres compartirlo con las personas, cuando olvidas tus problemas, y haces saber a las personas que no están solas, y que pueden llamarte a cualquier hora.

No todos podemos hacer eso, no todos sabemos, no todos queremos, por eso, mi sensibilidad se pasea a flor de piel en los sitios, donde una sonrisa puede hacer feliz a una persona triste, y olvidar el dolor aunque solo sea un segundo, pero puede ser el ultimo segundo de una vida, y eso lo es todo en esos momentos.

Gracias enfermero, gracias a ti por salvar a mi Madre en sus tinieblas, por hacerla sentirse bien, y dedicarle la mejor de tus sonrisas.


2 comentarios:

Geles Calderón dijo...

Hay profesiones por vocación, y la de enfermería debería ser siempre así.
Tu madre: un ángel. El enfermero: un alma bendecida.

Un abrazo.

Lola dijo...

Hola amiga, es verdad no todos serviríamos para atender a quien tanto nos necesita. Gracias por tu comentario. Un abrazo.