jueves, 19 de marzo de 2015

NOTICIAS...





NOTICIAS...


Hace unos días leyendo las noticias en el ordenador, en un apartado leí la noticia de como se encontraba Carmen Sevilla, el Alzheimer había hecho de ella un cuerpo sin alma, y no reconocía a nadie, como le pasa a tantas personas que padecen esa tremenda enfermedad. Vi un video y me impacto, hablaba con los periodistas el día de su 81 cumpleaños, y era una niña que sin saber quien había sido, solo quería que la sacasen guapa en las fotos... Después.


Una tarde de fiesta creo que San Isidro y mi marido, mi madre, y yo paseábamos por Madrid, parándonos en la Pradera que es donde se reunen los madrileños en el dia del santo, es una berbena siempre  llena de gente, hacia una tarde preciosa y nos sentamos en el cesped, allí hablamos y no sé porque comimos unos bocadillos (cosa rara porque yo no llevo jamás comida en el bolso) pero bueno, allí permanecimos en el lugar hasta que empezó anochecer, que decidimos ir a donde habíamos dejado el coche y volver a casa.


Yo me quede rezagada, vi que semi enterrado había un boli (bien bonito por cierto) que brillaba a la caída de la tarde ya era raro...


Tire de el que por parecía que sacaba una barrena, y me quede mirándole, lo guarde, y al mirar a mi lado, ni mi madre ni mi marido estaban, habían desaparecido, por la calle aun se paseaba mucha gente, y yo entre tantas personas no pude localizarlos, me quede parada sin saber qué hacer.


Dije, voy a llamarle al móvil, pero no supe como encenderlo, ese no era mi móvil, y le fui dando a las teclas pero no se encendía, y me entro la desesperación, yo cuando salgo con mi marido solo llevo las tarjetas, nada de dinero, y no vi ningún banco para sacar algo y coger un taxi, estaba tan perdida...


Después de manipular el teléfono conseguí ponerlo en funcionamiento, pero como no era el mío no estaba el número de mi marido, pero yo tampoco lo recordaba, y pensaba y pensaba, 607... Pero nada más recordaba, y mi angustia creció en medio de una calle, que como el mar no paraba en su movimiento, y yo me senté a llorar sin saber qué hacer.


Desperté medio llorando, me invadía la tristeza y la angustia, estaba claro que la noticia que había leído sobre Carmen Sevilla se había almacenado en mi subconsciente y había dejado su huella, y me di cuenta de que esas personas que lo pierden todo deben de sentirse como los bebés, esperando que alguien cuide de ellos, que los protejan, los abracen, y estén a su lado, les hablen aunque ellos ya se hayan olvidado de hacerlo, y recordé a mi madre, que se le olvido andar, de comer, y hasta de amar a sus hijos y nietos, entonces llore solo por tener la suerte de recordarlo todo, hasta este sueño, que ha llenado mi despertar de tristeza.






11 comentarios:

AMALIA dijo...

Me produce una tristeza enorme.

Me ha emocionado mucho tu escrito.

Te mando un beso grande.

María Bote dijo...

Hacía tiempo que no te visitaba y no me lo perdono porque, gozo leyéndote, querida lola. Todos, todos tus escritos me gustan y me identifico mucho con ellos, por ej, con el de los hijos que se van, hasta he llorado, me he sentido igual que tú. Yo sólo tengo uno y cuanto le regañaba por lo alta que ponía la música ¡Me volverás loca! le decía y, ahora... el silencio. Sí, nos vemos y reunimos de vez en cuando, pero...Él ya tiene su propio nido (como además debe ser) y se añoran tantas cosas, mas así es la vida y así hay que aceptarla.

Un abrazo grande y gracias por escribir y describiir de forma tan sentida y hermosa. Es un placer leerte, amiga mía.

Marina Filgueira dijo...

¡Ay mi querida amiga!

¡Vaya pesadilla!!! Debe terrible cuando la enfermedad comienza porque se van dando cuenta de lo que pasa. el no saber donde te encuentras, no conocer a los hijos ni a otras personas, es lo más triste da esta vida. Que Dios nos conserve el sentido, aunque padezcamos otras cosas.

Gracias, por esta entrega.
Te dejo mi un abrazo y mi estima.
Se muy muy feliz

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Te doy toda la razón Lola.
Estos enfermos se vuelven como niños antes de quedarse del todo ausentes, comprendo tu agobio con el móvil, pero te hizo pensar y agradecer que tienes memoria y una historia que contar.
Gracias.
Un gran abrazo

PEPE LASALA dijo...

Es muy triste, lo viví con mi abuelo, no nos conocía a ninguno y daba mucha pena, porque además, aunque le diésemos cariño y lo mimásemos, él se sentía solo. Un fuerte abrazo y buen fin de semana Lola. @Pepe_Lasala

MAR dijo...

Que triste, también conozco gente que esta en la misma situaciòn, parece que lo más terrible es cuando recién comienza porque la gente se da cuenta y se desespera, después como que se desconecta más, triste muy triste.
Un abrazo grande para ti y ojalá se encuentre la cura o se pueda llevar la enfermedad con mucho cariño y compañía.
mar

Piruja dijo...

Hola Lola, se lo que es la enfermedad ya que la madre de mi vecina la tiene y se lo triste que es ver como se van apagando poco a poco, sin conocer a su propia familia y si que es verdad que son como niños pequeñitos, una pena como la enfermedad mata todos los recuerdos que tenemos en la mente.
No me extraña que te sintieses tan mal y agobiada cuando te paso lo que cuentas, a mi me pasa y me da algo, lo que importa es que fue un mal sueño y estas bien.

Besos.

Lola dijo...

Muchas gracias por venir a comentar mi entrada. Un abrazo.

Trizbeth dijo...

Me has hecho llorar Lola, a la vez que pedía que cosas así no me hagan tristes, porque todos podemos estar así y vivirlo de cerca con mucha gente amada...

Sólo pedir, de momento nada más.

Un beso♥

Olga i Carles (http://bellesaharmonia.blogspot.com dijo...

Mucha compasión y buena comunicación.


Un abrazo.
Gracias.

Olga i Carles (http://bellesaharmonia.blogspot.com dijo...

Mucha compasión y buena comunicación.


Un abrazo.
Gracias.