miércoles, 21 de mayo de 2014

ÁMBAR






ÁMBAR



El ámbar es una resina de los árboles, son sus lágrimas que vierten a través de sus cortezas, que son las arrugas que la vida les hace, el viento, y la lluvia, pero sobre todos los hombres.


El ámbar que yo tengo es amarillo miel, pero lo hay de muchos tonos, allá en el báltico, el ámbar es diferente en otros lugares, y los tonos oscuros quitan belleza a estas lágrimas de la naturaleza, que el sol consintió, y dio un abrazo al árbol para que no sintiera su dolor al derramarlo.

Yo tengo varios trozos porque soy coleccionista de minerales, y también algún adorno personal, pero lo que más me gusta es una pulsera que compre hace años, y que esta engarzada en plata vieja, y que me gusta tanto que apenas me la pongo por si la pierdo, como me paso con un broche de mi madre, que sólo me lo puse un día... 
Se quedo en el camino, allí, en Ciudad Real.

El ámbar existió durante miles de años sin que nadie de fijase en el demasiado, pero hubo reinas que ya escogieron sus mejores joyas de ámbar, al igual que las lucieron de brillantes, diamantes,  perlas, y cientos de bellezas sólo al alcance de emperatrices.

El ámbar mirándolo al sol te  das cuenta que en él se quedaron sus rayos, y cuando miras al trasluz se ven maderitas del tiempo, semillas o se ven insectos, se ve su corazón que ya dejo de latir para dejarnos su belleza.

Yo he regalado muchas veces trozos de ámbar, que son trozos de vida, y sé que a todo el mundo le gusta, y más cuando dentro del corazón del ámbar quedan restos de otra vida, porque en el, el  tiempo no pasa, y piensas...

Cuantas miradas se quedaron dentro como trozos del tiempo, como color de colores, como guardando un tesoro, para mi incalculable emocionalmente, es mi color preferido, es mi vida diaria, vivida dentro de un color maravillo "AMARILLO"

Bueno os escribo así del ámbar, natural y maravilloso, siempre brillante, siempre mágico, no hace falta que tengáis algo grande de ámbar, solamente con un trocito pequeño el sol permanecerá en vuestras vidas, aunque sea en los días grises de invierno.





14 comentarios:

karras dijo...

Totalmente de acuerdo. Acabo de recibir una piedra de este material obsequiado por una amiga y mi mirada ya forma parte de ese lapsus de tiempo encerrado entre sus transparentes y mágicas paredes. Besos.

Teresa dijo...

Lola, me encanta el ámbar. creo que no tengo nada con ámbar, pero si lo tienen mis hijas, a la pequeña le regale unos pendientes y ella le regalo otros a su hermana. Besos.

Mari-Pi-R dijo...

Lo que me gusta del ámbar es que no pesa.
Sus colores son bonitos y se puede trabajar con la plata piezas muy interesantes.
Por cierto la sortija me gusta
Un abrazo.

Marinel dijo...

Yo también fui coleccionista de minerales, digo fui, porque me cansé de pensar dónde meterlos.
:)
Tengo un trocito de ámbar, uno pequeño y es cierto que cuando lo miro, me parece que tengo guardado un rayo de sol, por tanto, un rayo de vida.
Uno de mis minerales favoritos es el Larimar, gema como el ámbar pero azul que puede abarcar diferentes tonalidades y como no, el zafiro!
Pero mira, zafiros no tengo, oye, cachis.
:)
Besos.

Juglar dijo...

Me gusta mucho el ámbar. Encierra mucha vida y misterio dentro de su corazón mineral.
Un abrazo grande, Lola.

Lola dijo...

Quien te haya regalado un trocito de ámbar lo hace para regalarte un rayo de vida, no lo olvides. Un abrazo.

Lola dijo...

Hola Teresa, pues si tienen unos pendientes ya puedes regalarle en otra ocasión una pulsera, o simplemente un trocito para que lo dejen cerca de ellas al dormir, tendrán bellos sueños. Un beso.

Lola dijo...

Hola Mari-Pi, claro que no pesa, es una resina y parece plástico, es precioso a mi me encanta, por cierto, lo que te gusta de mi foto no es una sortija, es una pulsera, me da pena ponérmela por si la pierdo, es realmente bonita. Gracias por tu comentario. Un beso.

Lola dijo...

Anda que ya veo Marinel que al final somos afines a los minerales, eso ya es algo bueno, yo también tengo tantos que los tengo repartidos en las tres casa que tengo, porque si no me parece que en una sola casa no sabría donde ponerlos, pero me encantan, voy todos los años al hotel convención a las exposiciones que hace EXPO NATURA, que además me mandan una invitación ¡¡¡ me encanta!!!
El Larimar es una piedra preciosa de un azul intenso, yo tengo una grandota, me la regalo mi hijo hace ya un montón de tiempo, esta puesta en otra de mis entradas, y el Zafiro aun no llego a mi casa… un abrazo, gracias por tu comentario.

Lola dijo...

Hola Juglar, es verdad que esa resina encierra mucha vida, a mi me encanta la luz que recibes al mirarlo. Gracias por tu comentario. Un beso.

Pilar Contreras dijo...

Qué bonito Lola!! me ha encantando tanta dulzura derramada sobre este hermoso y preciado mineral.
La verdad es que no tengo ningún trocito siquiera de ámbar, pero lo llevaré en cuenta, gracias.
Feliz semana... besos, Pilar

Lola dijo...

Hola Pilar, muchas gracias por tu comentario, sé que no es fácil que nadie entienda mi amor a los minerales, el sentirles vivos, y saber que son los huesos de la tierra. Te mando un abrazo, y cuando puedas, mira los trocitos de ámbar, y habrá uno que te llame, si es así cómpralo, te hará sentirte bien.

Piruja dijo...

Hola Lola, a mi también me ha gustado siempre el Ámbar, lo que no sabia es algunas de las cosas que has contado y me ha encantado, no sera una piedra preciosa pero es bellisima y me ha gustado mucho eso de que quien regala ámbar regala vida, que bonito querida amiga:)

Besos.

Lola dijo...

Amiga Piruja, como me gusta que mi entrada te haya gustado, es verdad que las piedras son los huesos de la tierra, y el ámbar que es una resina las lagrimas de los arboles que se despiden de nosotros con tanto incendio, y tanto abandono. Gracias siempre por volver. Un abrazo.