miércoles, 1 de agosto de 2012

MI AMIGA ELENA



MI AMIGA ELENA

Cuando nos conocimos ambas esperábamos a nuestros hijos en la puerta de la guardería, su hija al igual que mí hijo aun no tenían cinco años. Nos hicimos amigas, así por mucho tiempo.


Coincidíamos en el mercado, y ambas hablábamos de nuestros hijos, ella tenia un hijo de unos años mas, yo de unos años menos, y esas cosas eran importantes para nosotras, nuestro tiempo con ellos, éramos jóvenes madres aun no habían llegado los disgustos.


Nuestros hijos crecieron, y un día al salir yo de una de mis clases de Yoga la encontré después de un tiempo sin verla, la di un abrazo y se me puso a llorar, me comento ¡no te has enterado verdad! y ella entonces me contó…


Su hijo había muerto en un accidente de coche, ella decía que lo habían matado, y lloraba desesperadamente, y yo con ella, porque sentí su dolor, sentí su vació, sentí el no haber estado cerca de ella en momentos tan amargos, aunque de nada hubiese servido mi presencia.


Y empezó a contarme cosas que la sucedían en el cuarto de su hijo, le había dado por planchar en esa habitación, y al permanecer allí un rato, una pelota de su hijo se caía de la estantería donde permanecía desde que el la dejo, y rodaba hasta sus pies, así una y otra vez.


Le bajaba cada noche su cama abatible por si estaba cansado y quería dormir un rato, su puerta se cerraba detrás de ella, y allí permanecía en la habitación hasta que el sueño la vencía quedándose dormida hasta el amanecer, allí la despertaba un cascabel que su hijo tenia colgado en un tablero junto a su colección de llaveros, y allí ella lloraba cada día.


La luz se apagaba y se volvía a encender cuando ella hablaba con su hijo ya muerto, cuando ella le preguntaba si se encontraba bien, si le preguntaba si tenia frió…


En verdad que durante un tiempo trate de evitarla, mi cuerpo no podía entender las cosas que mi amiga contaba, dejándome en un estado triste y lloroso cada vez que la encontraba, fueron años difíciles para ella, aun después de pasar por una grave operación, después del día a día, ella intenta dejar pasar el tiempo sin miedo, porque sabe que al otro lado su hijo la espera, sabe que pronto le vera de nuevo.


6 comentarios:

BEGO dijo...

Seguro que si la espera....
He vivido situaciones así,y aún siendo atea creo que en algún lugar...
BESOS

Bertha dijo...

Es duro perder un hijo.Por lo menos se alimenta de ese recuerdo...que facil es casi perder la razón por una depresión.Ojalá que se recupere por el bien de ella y de quienes conviven.

-Lola me he acercado para despedirme me voy de vacaciones.Hasta la vuelta!

Besos.

mientrasleo dijo...

Desgarra ver situaciones así. No acierto a pensar como tiene que sentirse y, egoistamente, ojalá no lo llegue a saber nunca.
Lo único que podemos hacer es ponernos cerca de quien sufre
Besos

Lola dijo...

Hola Bego, claro amiga que la espera, yo hace un tiempo que no la veo… quizás ya este con él. Gracias por tu comentario. Un beso grande.

Lola dijo...

Hola Bertha, no me lo puedo ni imaginar el sufrimiento de mi amiga, son cosas que aunque le digas que la comprendes, en el fondo ni imaginamos, y mejor así. Gracias por tu comentario. Un beso.

Lola dijo...

Hola mientrasleo, no, no se acierta a pensar no habiéndolo vivido, pero mejor así, mucho mejor leer sin más. Gracias por tu comentario. Un abrazo.