COSMOS
En algún instante del cosmos, la
vida y el tiempo se juntaron para darme la oportunidad de sentir...
Y al llegar, sentí como cruzaba un pasillo muy estrecho, rojo, caliente, y
solitario, allí empecé a tener
sensaciones, y llore al ver a mi madre tan sola... Esperándome.
Pero no fue triste mi llegada, mi madre me cubrió de besos, y mis hermanos de
cariño, mi hermana mediana de indiferencia y celos, y los mayores de protección
y siempre de vigilancia.
No sentí la falta de mi padre, había tanto cariño que no se echa de menos lo que
nunca se ha tenido, eso empezó más tarde, cuando vi llegar a los padres de mis
amigas del trabajo, y sentarse a la mesa, en mi casa se sentaba mi madre y nosotros, sus
cuatro hijos, con eso nuestra mesa estaba más que completa.
Fuimos una familia completa, sobraba cariño y respeto, había un hermano que
ejercía de padre nuestro sin serlo, de una hermana mayor que era nuestra madre
suplente cuando la verdadera se iba a trabajar, y las dos pequeñas que siempre estábamos
juntas.
Fue una vida sencilla y feliz, otras personas tenían más cosas, pero nosotros
teníamos la más importante, nos teníamos a nosotros mismos, y todo el amor
de quien nos trajo a esta vida de colores, y nos lleno de música el corazón,
aunque ella nunca cantase.
Mis sentimientos volaron siempre cerca de
ellos como cometas, y mi corazón fue de cada uno de ellos cada vez que querían
cogerlo, y mimarlo.
De la vida en la que hay de todo, se cogen los ingredientes como para hacer una
paella, unos les gusta de marisco, otras de carne, y como hay mil paellas
diferentes, yo la hago de verduras, variadas, ecológicas, y siempre sabrosas,
mismamente... Como la vida.