ERAN PARA ELLA...
A mi madre le gustaba mucho oírme hablar, soy muy parlanchina, y cuando me case y me vine a vivir a Madrid tampoco podía hablar con ella, en casa no tenia teléfono, y empecé a escribirle muchas veces, y claro llenaba hojas de tantas cosas como le decía, ella leía despacio, y mi letra no era tan clara como ella necesitaba, y entonces pensé…
Porque no mandarle mis cartas hablando, y empecé a grabarle todos mis pensamientos, como en una carta pero con mi voz dando más realismo a lo que quería contarle, y ella estaba encantada, y ponía mis cintas una y otra vez, después se las enseñaba a mi abuela, y a su hermana que por entonces vivían cerca, mi madre me decía, la tía Lola y el tìo Anfonso, hay veces que llora al escucharte, y es que eso de hablar es lo mío.
Había veces que le cantaba, ponía una música de fondo y encima de quien cantase cantaba yo, eso le gustaba mucho a mi abuela, y hacia pasar a las vecinas para que me oyesen cantar, y digo yo como si hubiese grabado un disco, fueron buenos tiempos, tan buenos que todo parecía real, y yo una cantante que alegraba el corazón de quien me oía.
Paso el tiempo, y al poner el teléfono en casa ya cada día grababa menos cintas pero las facturas de teléfono ponían a mi marido de los nervios ( con razón la mayoría de las veces) pero yo estaba muy sola en Madrid, necesitaba a los míos cerca, y muchas veces me iba a una cabina hablar con mi madre, pero allí al despedirme me ponía a llorar de nostalgia, eran tiempos nuevos y difíciles para mi, cuidar de un hombre que cada día iba de traje, camisa y corbata al trabajo, la comida, la casa, la compra, era demasiado, y yo solo tenia veintiún años, y siempre se habían ocupado de mi.
Fue un tiempo muy solitario, a mi madre le decía lo bien que estaba, aparte de querer mucho a mi marido, lo demás no era tan bueno como yo decía, y por las noches veía a mi madre durmiendo sola en esa tan casa grande de luces y sombras, y me podía el sentimiento recordándola, no fue una buena época.
Cuando murió mi madre quise recuperar aquellas cintas, pero no apareció ninguna, no sé qué paso con ellas, hable con mis hermanas pero nadie las había visto, y sé que alguien las tendrá, aunque ya apenas se oigan.
Me gusto acariciar a mi madre con mis palabras, y sentí sus abrazos y besos cuando grababa las siguientes, y la quise más en la distancia, y cuando volvía a estar sola lloraba con su recuerdo, y por mis engaños para que ella su sufriera, no fue buena esa época, fue… diferente a como lo es ahora durante mucho tiempo, llore mucho, pensé mucho, y fue la época en que deje de cantar, y casi de reír.