domingo, 12 de febrero de 2017

LA DÉCADA DE LOS 60...





LA DÉCADA DE LOS 60...


Empieza para mi la década de los sesenta, no la que viví cuando tenia diez, si no la que ahora llega después de haber vivido 50 años mas.


Y es verdad que dicen que las damas no tenemos edad, entonces pienso ¿será que no soy una dama? Pero es igual viví y ame, mi corazón se pone en pie al recordar, y al saber que aun tengo que vivir mas cosas, pero si muriese ahora…


Podría ir directamente a la nada porque ya he vivido en el paraíso, y por que creo que lo viví todo, me enamore, y abandone alguna que otra vez, corrí detrás de los pájaros, y me hice amiga de las mariposas, mis vestido siempre fueron amarillos y mi mirada azul, a pesar de tener los ojos negros.


Quise y quiero a los humanos, mi corazón se volvió mas apasionado el día que conocí al amor de mi vida, cuando yo apenas tenia trece años, y después del tiempo, aun me enamoran sus ojillos sonrientes y su voz fuerte y determinante, que antes me asustaba.


Y viví el mas placentero de los estados al tener a mis hijos, y al volver a sentir al tener a mis nietos, aunque Andrea es mi debilidad, y su sonrisa se quedo instalada en mi ser desde el día que abrió sus ojos de niña buena, y sus manitas se pasearon por mi cara diciéndome… abuela te quiero (mil veces al día).


A “mis" pequeños que abrieron sus grandes ojos negros en mi vida muchas veces triste, que alegraron mis días y mis sueños, y que paseamos mil veces en su coche azul, y su sonrisa sin dientes.


Sentir la generosidad del tiempo es importante para mi, hoy empieza la década de los sesenta, y al igual que en mis diez años primeros, pienso vivirla a tope, aunque el amor al igual que el otoño se hayan instalado en mi, y que el amor que siento en estos instantes sea para siempre… eterno.


domingo, 5 de febrero de 2017

YA TERMINO LA LLUVIA




YA TERMINO LA LLUVIA


Termino la lluvia, y ahora solo quiero recordar aquellos días que…


Ya amanecía gris, y que en nuestra casa siempre quisimos que fuese primavera, por su jardín, a pesar de ver llegar el otoño, y ver como se inundaba todo de hojas que se quedaban como un manto para abrigarnos en invierno.


Recuerdo el sonido de las hermosas campanas de la catedral tan cercanas a casa de mi madre, recuerdo los llamadores dorados en las puertas en vez de los timbres, y recuerdo mis meriendas de pan y chocolate.


Recuerdo mi época de ”modista” haciendo vestidos a todas mis muñecas, y recuerdo los inviernos sentados en la mesa camilla con el brasero debajo, y mis acuarelas encima de la mesa pintando como una posesa.


Hoy con el sol calentando, recuerdo nuestro patio encalado, ese perro que siempre quise tener pero que jamás llego, los rosales que me abrumaban con sus colores y olor, y recuerdo esos pequeños racimos de uvas que crecían cada día para que comieran las malditas avispas, y a la llegada de septiembre se hubiesen quedado en la mitad, pero no importaba, las uvas no sé porque no las comíamos, cosas de mi casa.


Y hoy mi corazón regresa al atardecer,  a la ayuda inestimable de mi hermana mayor con los deberes, a las cenas preparadas con amor de mi madre, siempre buenas y nutritivas, y que más de una vez no queríamos comer, esas cosas han pasado y pasaran siempre, aunque ahora muchas madres se rindan ante las hamburguesas, y dejen de lado el pescado tan necesario para los niños que estudian.


Todo   todo   llega   a  la   mente  de  una  mujer  madura,  que  vive el  momento, y  sueña  con  un  ayer  de niña querida, y un hermoso beso de buenas noches de mi madre, que desde que  se fue dejo frio hasta en la música.