A LO LARGO DE NUESTRA VIDA
A lo largo de la vida, según
vamos envejeciendo, las prioridades son otras, nada es tan importante como era
antes, si tenemos una casa damos por sentados que ahí estará hasta el final de
nuestra vida, y si tenemos un vehículo sabemos que pronto ya nos será importante
conducir, pero hay algo que se vuelve lo más preciado, el tiempo.
Por eso los mayores
pasamos mucho tiempo recordando el ayer, y sabemos que ese bien que aun
poseemos cualquier día ya no nos pertenecerá, pero antes de llegar pasaremos
por etapas duras, con las fuerzas mermadas, la enfermedad, y muchas veces el
abandono…
Y deseamos el tiempo
pasado, aun habiendo sido malo, porque pensamos que volviendo atrás todo lo cambiaríamos,
pero eso jamás sería posible, porque cada uno a lo largo de su vida elige su destino,
para su crecimiento interior (eso dicen) pero hay veces que ya no hay ni
crecimiento, ni remedio.
La vida está cargada de emociones,
alegrías, disgustos, perdidas, y ganancias (de esas pocas, siendo honrados)
pero todo sirve para vivirla, haciéndonos felices o desgraciados.
Si, pasado el tiempo nos
damos cuentas de cuantas de las veces que hemos desperdiciado nuestro tiempo, y
hemos sufrido por cosas que no hemos podido remediar, de poco nos sirve ese
todo, para este ahora. Por eso…
Nos queda un tiempo
impreciso, por eso más precioso, aun podemos pasear, podemos comer, podemos tener
amigos estupendos, y sobre todo podemos amar.
Amar no tiene edad, ese
sentimiento es infinito, sin fecha de caducidad, pero para amar hay que ser
generoso en sentimientos, hay que olvidarse de uno mismo, y hay que preocuparse
por el ser amado, ya sea animal, vegetal o humano.