NECESARIOS
Ellos nos necesitan cuando nacen, pero no son nuestros, solo necesitan que los alimentemos, los limpiemos, los vistamos, y hacemos que su vida sea sencilla y tranquila.
Ellos necesitan de un padre y una madre, un hogar donde se entiendan las palabras, y la comprensión habite bajo ese mismo techo, que se comprenda a veces el silencio de los demás, donde la hora de las comidas sea sagrado, y el cariño sea el postre de cada día.
Ellos, nuestros hijos, necesitan caminar seguros primero a nuestro lado, sabiendo que estamos enseñándoles sin presionarles, que estamos cerca para cuando se equivoquen, dando lo mejor de nosotros, incluso entendiendo que a veces nos pongamos nerviosos y alcemos el tono de voz, porque es difícil entenderles... a veces.
Ellos necesitan de nosotros para crecer interior y exteriormente, que sepan que somos sus padres no sus jueces, aunque a veces es difícil separar criterios, por ser humanos, por quererlos tanto.
Y es que ellos son nuestros niños, han estado tanto tiempo con nosotros que a veces resulta difícil dejarlos marchar, sin lagrimas, y sin suspiros, pero es verdad que llega un tiempo que ya no nos necesitan, y eso debe llenarnos de orgullo, por que esa ha sido nuestra labor de muchos años.
Por todo eso, ellos son nuestra vida, por el dolor y por nuestros desvelos, por sus alegrías, y sus lamentos, por nacer de nosotras y por que nosotras hemos cambiado nuestras vidas solo para quererlos, aunque pequemos de pesadas.