QUISE HACER MEMORIA...
Quise hacer memoria, recordar cuando fue la ultima vez que nos vimos, debía de hacer mucho por que pase de ser tu hija a, ser una tía buena en medio de una calle, donde pasabas con el camión sin conocerme, y que triste me sentí entonces.
Mamá, nos enseño a quererte como si aun permanecieras en casa, te marchaste dejando una esposa de 30 años, y el cuarto hijo recién nacido, esa era yo; tu vida era un juego, todas eran tus “primas”, cuando sentaste un poco la cabeza lo hiciste con una mujer diez años mas joven que Mamá, y que también tuvo un hijo tres meses después de nacer yo, despuès dos mas.
Pasaron 21 años, y decidí no invitarte a mi boda, ya no te necesitaba, aunque Mamá dijo que hiciese lo que yo quería, entonces no te invite, me había sentido toda la vida estafada, sabiendo que tenia un padre y que no ejercía de padre, podías haberte dado cuenta que con el tiempo no querías a Mamá, pero nosotros no hicimos nada, solo quererte y respetarte por que Mamá así lo quiso.
Un día apareciste en casa de mi hermana, que te había mandado una carta el día del padre después de mucho tiempo de no saber nada de ti, a mis sobrinos le había hablado de su abuelo “muerto” hacia años, que palo tener que contarles la verdad para ir preparando tu estancia en su casa, mis hijos sabían que el se había ido con otra mujer, yo jamás miento y ellos me habían preguntado donde estaba mi padre, y cuando volviste aparecer fui con ellos a verte, lloramos al abrazarnos, y después hablamos mucho.
Me contabas lo desdichado que eras cuando ibas por la calle y mirabas a los jóvenes y a los niños, buscando algún parecido de familia y conocer alguno de tus nietos, y al decir eso llorabas, yo le comente que era difícil buscar a sus nietos en la calle cuando no había reconocido a su hija confundiéndola con una de sus posibles conquistas, y lloro, lloro de rabia, de impotencia y de pena, lloro el tiempo perdido, lloro por haberse alejado de nosotros.
Tenia una hija que era más pequeña que mi hijo mayor, y el se conformaba diciendo... “Como no tengo nietos...” cada vez que lo recuerdo se me pone mala uva, encima lo decia sonriendo, y es lo que yo digo, jamás quiso reconocer sus errores, y así le fue.
No recuerdo haberle visto dos días seguidos comer en casa, no recuerdo dos noches durmiendo al lado de mi madre, no recuerdo màs que lo mucho que mi Madre hablaba de el, y como le quería, ella después de los años decia, que si le pasaba algo antes que a ella, no tendrían que darle una tila, pero se confundió, hubo que darle la tila, y lloro, sollozaba diciendo que hacia mucho que te había perdonado, porque aun te seguía queriendo.
Paso el tiempo, y caíste enfermo, pero yo no había vuelto a saber nada de ti, el día del Pilar, me llamo mi hermana para decirme que estabas muy mal, y que si hacia el viaje con ella para verte, le dije que no, no me apetecía encontrarme con tus otros hijos, que habían sido victimas como nosotros, de una vida que tu confundiste, haciéndonos desgraciados a cuatro hijos por un lado, y tres por otro.
Morías tres días después, no me sentí huérfana por que nunca habías sido mi padre, no me sentí sola por que nunca te había tenido, pero sentí dolor por que los dos y aun sin yo querer... llevábamos la misma sangre.