SIMPLEMENTE UN LIBRO...
Hace unos años me encontraba un poco triste, en si es que paso temporadas en las que sin saber porque no terminaba de encontrarme bien, y se lo comenté a mi profesor de yoga y me recomendó un libro, que yo fui dejando el ir a buscarle por mis pocas ganas de salir.
Pasado un tiempo y sin encontrarme mejor decidí ir a buscar ese libro de autoayuda, cogí el metro y me puse a buscar el libro en esas librerías " mágicas" que más de una vez recorrí buscando cosas interesantes.
Busque en un montón de ellas en la zona del centro de Madrid, donde más de una vez me habían pedido algún libro que ellos no tenían y fueron tan amables de encontrarme, pero el libro que yo le pedía era imposible, así me lo fueron diciendo en todas las que visite porque estaba descatalogado, y me sentí peor que cuando había empezado a buscar...
De camino a casa ya en el metro, hubo un momento que me quede a solas en el vagón o al menos yo no vi a nadie, y mirando con un poco de miedo en todas direcciones encontré un libro por llamarlo de alguna forma, estaba lleno de apuntes, y viejo que parecía tener cien años.
Al ver que no había nadie me lo guarde, y al llegar a casa me quede estupefacta, porque ese era el libro que yo andaba buscando, pero no podía ser, como podían pasarme esas cosas...
La verdad es que ese libró me sirvió de mucho, la ayuda que recibí en sus letras fue para mi la mejor medicina y lo deje de libro de cabecera.
Un día en una conferencia una amiga me presento a una señora argentina, nos caímos muy bien desde el primer momento, y hablamos de tantas cosas que terminamos contándonos casi nuestras vidas, y le comenté lo mal que me sentía hacia unos meses, y le comenté que un libro me había ayudado, entonces ella me dijo...
Pues a mi también me recomendaron un libro en Argentina, que compre allí y que me saco de una depresión cuando llegue aquí a España, fue un libro en el que fui apuntando mis reflexiones después de leerlo, pero no se dónde lo tengo, es como si hubiese desaparecido así de pronto, yo le pregunte el título del libro, y palidecí cuando ella me lo dijo, porque ese libró es el que yo había encontrado en el metro meses atrás, y las dos nos abrazamos cuando se lo comenté y supimos que el destino nos había ayudado a las dos a través de ese libro totalmente encantado.