NOS MIRÁBAMOS...
Nos mirábamos cuando los veíamos dormir en sus camas y pensábamos…
son nuestros hoy, pero nadie penso en el mañana, y nos confundimos, nunca fueron
nuestros.
Los alimentamos, limpiamos, cuidamos de
ellos cuando estaban enfermos, los vestimos, y los dejamos soñar, cien veces al día los bese, los abrace y mil les dije os quiero, pero eso no
fue suficiente, nos abandonaron...
Tenían prisas por vivir fuera del nido materno, yo quizás fuera
demasiado estricta, pero siempre legal, quitando importancia a cosas que la tenían, para que su padre no se enfadase con ellos, y que desapareciese la paz en mi
hogar.
Cuidamos de sus cuentos siempre ilustrativos, jamás leídos,
de su música, de sus películas, de sus
motos siempre deseadas por ellos, que algunos problemas nos dieron con sus
accidentes, después de sus coches, y también muriendo cada hora que se
retrasaban.
Tontos nosotros que pensamos que dándoles cosas los tendríamos
siempre a nuestro alcance, que podríamos resguardarlos de la lluvia y del sol asfixiante,
y me senté con ellos hablar de los planetas, de las historias del mas allá, de como se engendra la vida, y quise que jamás se olvidasen de este mas acá donde vivimos.
Nada sirvió de nada, se formaron sus alas y quisieron volar
por su cuenta, eran años de bonanza, y jamás pensaron que las cosas pudieran cambiar, pero cambiaron, y cuando estuvieron bien los vimos en la lejanía, ahora… estamos más
cerca por que nos necesitan, y morimos un poco cada noche al saber que no podemos
ayudarles como nosotros quisiéramos, ni en sueños.