miércoles, 29 de abril de 2015

NOS MIRÁBAMOS...




NOS MIRÁBAMOS...


Nos mirábamos cuando los veíamos dormir en sus camas y pensábamos… son nuestros hoy, pero nadie penso en el mañana, y nos confundimos, nunca fueron nuestros.


Los alimentamos, limpiamos, cuidamos de ellos cuando estaban enfermos, los vestimos, y los dejamos soñar, cien veces al día los bese, los abrace y mil les dije os quiero, pero eso no fue suficiente, nos abandonaron...


Tenían prisas por vivir fuera del nido materno, yo quizás fuera demasiado estricta, pero siempre legal, quitando importancia a cosas que la tenían, para que su padre no se enfadase con ellos, y que desapareciese la paz en mi hogar.


Cuidamos de sus cuentos siempre ilustrativos, jamás leídos, de su  música, de sus películas, de sus motos siempre deseadas por ellos, que algunos problemas nos dieron con sus accidentes, después de sus coches, y también muriendo cada hora que se retrasaban.


Tontos nosotros que pensamos que dándoles cosas los tendríamos siempre a nuestro alcance, que podríamos resguardarlos de la lluvia y del sol asfixiante, y me senté con ellos hablar de los planetas, de las historias del mas allá, de como se engendra la vida, y quise que jamás se olvidasen de este mas acá donde vivimos.


Nada sirvió de nada, se formaron sus alas y quisieron volar por su cuenta, eran años de bonanza, y jamás pensaron que las cosas pudieran  cambiar, pero cambiaron, y cuando estuvieron bien los vimos en la lejanía, ahora… estamos más cerca por que nos necesitan, y morimos un poco cada noche al saber que no podemos ayudarles como nosotros quisiéramos, ni en sueños.


domingo, 26 de abril de 2015

HOY RECUERDO QUE...




HOY RECUERDO QUE...


Le salí barata a la vida...


Fui la cuarta hija en una familia que había pasado por mejores épocas, no fui una niña deseada, yo siempre digo que fui un “recuelo” por que soy la más bajita de los hermanos, y siempre fui la heredera de abrigos que ya no abrigaban,  gorros y guantes inexistentes.


No estuve enferma jamás, aunque mi Madre nos operase de las anginas a mi hermana y a mí en el mismo lote, solamente por que no hubiese envidias (digo yo) en casa se olvidaban de mí por no ser chica de ruidos ni de llantos fáciles como mi hermana, que siendo la mas querida por mis abuelos, era la mas guapa, y la mas estupenda de las tres, y  para nosotras las pequeñas, mi hermana mayor fue la favorita, pero eso lo sentí ya mucho mas tarde...


Me gustaba perderme en mis silencios, y despertar al pan con chocolate de las meriendas, (la mejor comida del día, al menos para mí) me gustaba comer las nueces a escondidas, y las bellotas cerca de los cerdos que por entonces vivían cerca de mí, y que mi padre nos traía cuando eran pequeños, y desaparecían cuando ya daban beneficios, después de meses de limpieza y trabajo para las personas que vivían ayudándonos en casa.


Yo, jamás disfrute de las risas de mi madre, y los regalos de mi padre, mi hermana mediana era mi amiga, y mi enemiga, la que me quitaba mi ropa, y la que dejaba claro que la suya era solamente de ella, y cuidado con ponérmela.


Fui lo que se dice una niña sana, buena, y silenciosa, aunque cuando llegaba mi padre (de vez en cuando) me pusieran lo mas lejos de el, para que no contase nada, por que yo quería decirle cosas importantes para que el me tuviese en cuenta y no se marchase, quería contarle todo lo que el no había vivido en sus días de ausencia, y mis noches de vigía, pensando ¿donde estará?


Y fue fácil para mí la vida, oculta en grandes armarios, y cerca de pequeños braseros, bolsas de agua caliente en la cama, y campanas a nuevos despertares cada día, todo fue fácil por entonces, solo me resulto doloroso el olvido de mi padre, y el no ver a mi Madre a las horas del despertar.

jueves, 23 de abril de 2015

ESO POR PREGUNTAR...




ESO POR PREGUNTAR...


La semana pasada por problemas de ciática según creía el, mi hijo, fue al Fisio, y allí le dijeron un montón de cosas que no tenía nada que ver con una ciática, si no con una rotura de fibras el verano pasado después de una caída, y que él no había hecho caso (es tan bruto como su madre) total que llevaba medio arrastrando ya pierna por haberlo dejado tantos meses.


Al otro día aparte de la paliza que dan los Fisios se encontraba mucho mejor, y recordando que mi espalda me pasa la factura cada día (unos días más que otros) me dijo que iba a pedir hora para mí también el día que a él le tocaba volver, y yo que tengo dicho por mi médico que vaya al Fisio me anime y fui.


Al llegar "la Fisio" me dijo que si mi hijo se quedaba o se marchaba de la sala, y entonces yo le conteste…


Por mi no hay ningún problema que se quede, el sabe que yo fui su primera casa, que mis hermosas piernas fueron sus cimientos, y que gracias a ella fue a un montón de sitios sin que yo me quejase de dolor alguno.


Le dije que mis brazos habían sido su cinturón de seguridad cuando empezó a caminar, que lo protegieron para no caer, y cuando se caía (por qué es lo normal) ellos estaban para levantarlo, acariciarle, y curarle las heridas si las hubiera habido.


Dije que en mi tronco se encuentra la entrada a su primera casa, cuando la vida le dio la oportunidad de nacer, allí estuvo calentito, alimentado, cantado, soñado, y siempre querido, y también le conté en su momento, como con pasión le engendramos, y siempre fue esperado con amor.


Le hable del momento de la salida, de cómo él y yo a solas sentimos el dolor del parto,  porque nadie había en la habitación, y como su color en vez de rosado era azul, y su cara lloraba con la desesperación de notar que la vida se le escapaba, porque el túnel  era demasiado estrecho.


Que mi pecho fue su alimento en la primera etapa de su pequeña vida, y que él había crecido al calor de el, y al ritmo de un corazón contento de tenerle, y siempre bien sujeto con mis fuertes brazos.


Le hable como mi mente jamás estuvo quieta o dormida, que leí, estudie, la prepare para un mañana en su compañía, y como mas de una vez no estuvimos de acuerdo, volviéndose tozudo y yo rencorosa de tanto desacuerdo, de ideas que volaban en diferentes direcciones, dejándome desolada con sus palabras, y mas con sus hechos en rebeldía.



Que sufrí con sus adversidades de la vida, y cante con sus triunfos que hubo muchos, y que soy feliz cerca de sus hijos rebeldes como él, he igual de “loquitos” que me hacen recordarle de pequeño… y que ya no puedo más que darles cariño, sin ofensas de niños que todo lo han tenido.


Después de tanto miramiento, mi hijo se marcho,  y no vio como su madre era amasada, como un gran pan, que me dejo sin resuello, y con todo el cuerpo dolorido hasta pasado dos días, y ahora tengo que volver, y digo yo, ¿ahora que nada me duele...?


Yo pienso que me excedí con tanto contar, pero nada había que esconder, nosotros somos una familia libre, sin vergüenzas, así fue desde que nacieron, y todo eso paso... por preguntar.


lunes, 20 de abril de 2015

LOS DÍAS QUE SEMBRÉ...




LOS DÍAS QUE  SEMBRÉ...


Cuando sembré amor recogí amor, cuando sembré vientos… recogí tempestades.


Nadie nos impone los días, un día con sol puede ser maravilloso, pero también los días con lluvia, con el agua que cae sobre nuestro rostro llevándose nuestras lágrimas del alma.


Un día de primavera siempre es un día maravilloso, al menos que te equivoques de sendero y te encuentres un avispero, o salga a tu paso un mal intencionado que te asuste, de eso no tiene la culpa día, solo quien va por ese camino, y tampoco.


Nadie impone tareas a quien no quiere hacerlas, porque hay veces que la gente mandona quiere que hagamos lo que ellas no han querido de hacer, y la imposición castiga menos que una palabra de ayuda.


Los días de invierno o verano, de primavera y otoño, son simplemente hermosos, nuestro estado de ánimo es diferente, nuestra huida o el encierro lo decidimos nosotros, la noche llega despidiendo al día, nadie puede evitarlo, la tristeza, el llanto, y la desolación... si se puede.


Sembremos los días de historia nuestras, bellas de entonces y bellas de ahora, siempre hay un pensamiento dulce que me hace recordar la mirada de mis niños, de los tres que gracias a Dios puedo ver, y de mi pequeño Darío que no me dejan, pero sus fotos me confortan, y las cosas cambiaran...

viernes, 17 de abril de 2015

EN EL MUSEO...




EN EL  MUSEO...


Al poco de inaugurar el museo Reina Sofía de Madrid, mi profesora de arte, nos dijo de hacer una visita guiada, y que a nosotras sus alumnas nos encantaría.


Por entonces, sería el año 1993, yo viendome libre de hijos, tuve la suerte de poder asistir a una escuela de pintura, que por entonces era lo que más me gustaba hacer, y mi marido no es que le gustase la idea, pero yo le explique que todo permanecería en orden como hasta esos momentos, y decidió probar.


Recuerdo que como niñas fuimos en un autobús que hasta nos hizo cantar, éramos unas cuantas mujeres que se veían libres de maridos e hijos por ese día, y cada una llevaba una idea de lo que encontraríamos.


Recuerdo lo mal que me sentí al entrar, una angustia empezó a moverme el estomago de arriba abajo, y sentí murmullos, y oí niños que lloraban, y adultos que chillaban lastimosamente.


Yo miraba a mis compañeras, todas sonreían y hacían preguntas a la guía, nadie oía nada, solamente yo me puse enferma allí, solamente yo al salir tuve que preguntar por las obras que habían visto las demás, porque yo no fui capaz de ver nada.


El sentimiento era continuo, y percibía tantas cosas que mi cabeza se convirtió en carrusel de emociones y sensaciones, y sentí que tenía que marcharme lo antes posible.


Una vez fuera le dije a la “profe” lo mal que me había sentido, y ella entonces me conto...


Ese museo antes había sido una institución mental “El hospital General de Madrid” que allí habían pasado muchas cosas, y que en nuestra guerra también se hicieron muchas cosas malas, llegando a torturar a quien les daba la gana, y que allí perecieron sin que nadie se enterasen de donde iban a parar los restos de la pobre gente que por allí paso.


Después me entere de los sótanos que allí hay, y que fue donde aparecieron tantos huesos, y entonces fui yo a quien se le escapaban los lamentos, y como fui capaz de entenderlo todo.


He vuelto después, pero no he sido capaz de pasar mas allá de la entrada, no soy capaz de volver a escuchar a esa pobre gente que allí quedo encerrada… para siempre.


miércoles, 15 de abril de 2015

EN LA HORA DE...




EN LA HORA DE...


No me llegara la muerte por ser mi hora solamente, si no por no haber sabido vivir la vida…


Y cuando eso suceda, nadie será culpable, solamente yo me arrope con el embozo de la tristeza sin saber por que, y habrá llegado el momento de los lamentos del corazón que de nada servirán.


Recordare lo que ahora no recuerdo, paseare por parques que jamás pise, y querré sonreír al viento, mientras las lágrimas brotaran de mis ojos, y a nadie engañare, aunque sé que mi yo me susurrara… solamente fue culpa tuya.


No podré recuperar ni el aliento, todo me faltara, no encontrare ni la mirada de niña, solamente sentiré las manos de mi madre acariciando mi cara, fijándose en mis ojos, y abriendo sus brazos diciéndome… ¡¡¡ ven aquí pequeña mía!!! Entonces sonreiré y sabré que nada ha sido inútil por que la tuve siempre a mi lado, sin que yo lo notase.



lunes, 13 de abril de 2015

LA VUELTA




LA VUELTA

Hoy he vuelto al vivero…

El día no estaba para pasear por la playa, y mi marido quería comprar plantas para la comunidad, que las ha quemado el viento.


Llegue al vivero de Maruja, y me recibió con una enorme sonrisa, y un abrazo como si fuese de la familia, me hizo bien ese abrazo de una persona sencilla, trabajadora y luchadora, allí pasamos un buen rato eligiendo las plantas.


Le pedí a Maruja permiso para hacer fotos, no me pregunto para que eran, simplemente me dijo que hiciese las que quisiera, y me pasee por su bonito vivero, aunque aun están las flores un poco escasas después del largo invierno, y esto fue lo que encontré…





La vida surgía con doquier, no importaba que el sol no estuviese a la vista, pero mi recorrido fue precioso llenándome de colores como un hermoso arcoíris.



Nada se para, siguen los ciclos, y no me doy cuenta que todos pertenecemos a esos ciclos que no podemos evitar. 



 Preciosos sinstantes de vida y luz, siempre merece la pena volver ... al Vivero de Maruja.

viernes, 10 de abril de 2015

EXPERIMENTOS





EXPERIMENTOS


Verdad es que las ciencias adelantan una barbaridad como decía una canción ¿pero en verdad  merece la pena?


Hace unos días oí hablar de un experimento que habían hecho implantándole a un perro grande la cabeza de otro pero pequeño, y el animal vivía con las dos cabezas, el pero un pastor alemán hermoso y sereno, ahora tenía que aguantar la cabeza de un cachorro, de otra raza, que además solo daba incumbencias al receptor, que no entendía nada de lo que le estaba pasando, claro que yo tampoco.


Hay un montón de sacrificios de animales para hacer cosméticos, y eso da más pena aun, porque jamás entendí  la belleza de nadie a costa del maltrato o asesinato de animales de compañía.


Lo que la oveja Dolly me pareció algo diferente, pensé… si hay dos ovejas genéticamente iguales a mi me da igual, y no pensé para que podía servir eso, después lo supe y me pareció una atrocidad, porque eso es lo que se empezó hacer unos años después aunque aun no lo digan abiertamente, son niños hechos a la carta…


Elegir un niño o niña, con ojos azules, con pelo moreno, con rizos, o sin ellos, total algo que alguien decidió hacer, no un niño llegado del amor, y de la genética de los padres, niño o niña, dando igual todo porque a los padres nuestros hijos nos perecen perfectos y maravillosos, pero que se esté jugando a ser Dios no me parece bien.


Otra cosa es la investigación con células madre, todo para poder sanar a enfermos, y poder darle a un niño la felicidad y la vida que se merece, y yo pienso que esa ciencia si me gusta, lo demás… como que no lo entiendo, será que todo está relacionado con todo, y los experimentos son necesarios.


Hay gente que quiere una inmortalidad para poder hacer muchas cosas, cuando la vida es solo vida, y tiene su encanto porque sabemos que tenemos que morir, y no vivir eternamente, eso no me gustaría, porque lo que yo quiero es ser eterna en los míos, ser recordada por los que quiero y me quieren, la otra inmortalidad… innecesaria, ya vivimos demasiados problemas como para que no terminen jamás.


martes, 7 de abril de 2015

PEQUEÑOS TROZOS




PEQUEÑOS TROZOS


La vida esta echa de pedacitos igual que una colcha de Patchwork, que a todo el mundo le gusta.


Esas pequeñas cosas hacen un hermoso arcoíris, y no es que este puesto en el cielo para que lo veamos cada día, está hecho por personas sencillas que cada día van tejiendo esos pequeños trocitos entre risas y llantos, entre sombras y luces, pero sobre todo están llenos de comprensión y cariño, y eso más de una vez lo hacemos sin intención.


Las miradas es uno  de esos trocitos, normalmente luminosas, azules y negras, grises y marones, y verdes, son un hermoso puzle dentro de un marco maravilloso como es el rostro.


Son las sonrisas pequeñas puertas al cielo, que dejan ver lo más hermoso de los seres humanos, la sonrisa es un encanto ya casi en extinción, porque cada día sonreímos menos, y yo he decidido llenar de sonrisas mis mañanas, sacarlas al sol aunque no haya, y dejar pasar a los humanos que deseen asomarse a un mas allá que todos tenemos dentro.


Alguien me dijo un día que era un alma vieja, no supe comprender lo que decía, quizás mi alma vieja no lo era tanto, pero después, cuando esas palabras se hicieron presentes de mis pensamientos me dije que si así era, debería poner orden en ese desván de tiempo y vivencias, de sentimientos y amor que Dios puso en mi, aun siendo sencillo hay veces que me parece largo y tortuoso ese trabajo, soy más humana que alma, y eso cuesta asimilarlo, cuando una se cree lo primero que cuentan por ahí.


Ahora que puse en orden los  trocitos, pienso que estoy en el buen camino para ser lo mejor que pueda, para ser sonrisa y mirada, y siempre amor para quien estén empezando tan valioso trabajo, que no siempre es fácil, pero si hermoso el resultado final.