sábado, 17 de octubre de 2020

DESDE ABAJO



                           DESDE ABAJO


Ella había llegado por la mañana como cada día, habíamos salido al parque a tomar el sol, y a la vuelta  jugamos un poco en la terraza hacia calor y la bañe, cuando volvimos  a entrar al cuarto de estar,  alguien desde abajo me llamo… ¡Mamá!


Era mi hijo, el papa de Andrea mi nieta,  que conoció la voz de su padre, y con su vocecita de niña de dos años me miro y dijo, ¿papa? yo desde arriba le dije… ya bajo, yo baje despacio con la niña en brazos, en el salón no estaba, yo le llame y no contesto,  recorrí la casa con la niña en brazos que llamaba a su padre, pero  en la casa no había nadie.


No me  imagine nada, la niña también oyó la voz de su padre, pero estábamos solas, nadie nos llamo desde el  piso de abajo, y al volver  a recoger a la niña, me miro y dijo seguro que te has confundido. 


Yo a solas cuando la niña se fue, un escalofrió me recorrió la nuca, y sentí como un soplo, como una respiración, me dio miedo saber que ya no estaría sola jamás.