HABLAMOS POCO...
Hablamos poco aunque tenemos muchas cosas que decirnos...
El tiempo fue guardando cosas que no se dijeron en su tiempo y que hicieron daño, pero todo lo que no se perdona queda haciendo heridas de ayer, en la enfermedad de hoy, y eso tiene fácil arreglo, hablarlo.
Pero eso a veces empeora la enfermedad de la mente, y el alma vaga sola por la inmensidad de una vida, que más de una vez, al hacerse estas preguntas está a punto de concluir.
Y es que si pensáramos bien sabríamos como curar nuestras enfermedades de la garganta... Hablando, y las del pensamiento y las del corazón... Diciendo todo lo que nos hizo daño para volver a ser libres ¿pero merece la pena?
Todo merece la pena en su tiempo, después... El no olvidar dejando los sentimientos guardados en papel de estraza hace daño, tanto que empiezan con pequeños roces y terminan con un amor que dura toda la vida pero que no se disfruta a tope.
Las enfermedades las producimos nosotros con nuestro comportamiento, nadie ni nada más que nosotros, las padece, y más de una vez la medicina la tenemos en casa... El perdón.