LA BRUMA DE MI TIERRA
Una bruma lejana envolvía dos molinos de mi tierra manchega.
La vuelta a Madrid me hacia volver la vista atrás, a los días vividos, y los recuerdos me atrapaban sin dejarme marchar del todo.
Han sido días especiales de abrazos, de familia y recuerdos que hace mucho que no se producían, todo queda atrás, pero mi corazón vuelve lleno de amor como mi maleta.
Se queman sarmientos de las podas, los olivos cansados reposan después de haber recogido su cosecha de oro verde dorado, y me aprieta el ser toda su hermosura de la tierra que me vio nacer.
Vuelvo sin ganas, solo mis hijos y mis niños me dejaron atrapado parte de mí en Madrid, pero si pudiera… hoy por la noche volvería a ser Aldonza, durmiendo al lado de mi ilustre Alonso Quijano.
El día soleado da al traste con la nostalgia, y la voz de mi hermana perturba mis oídos diciéndome… Lola, no te marches.