LANZAROTE
¡¡¡ Dios!!! Como me enamore de ti Lanzarote.
Llegue allí sin ganas, después de conocer Tenerife, la vista desde el aire de Lanzarote me pareció tan árida, sin vida que a punto estuve de no vivir mil sueños en sus mares de lava, y dejar muertos mis volcanes indiferentes y olvidados.
No solo el rojo de su tierra cercana a los volcanes emborracho mis sentidos como un buen vino, sus piedras y sus verdes Olivinas, avivaron en mi toda una gama de colores como en la paleta de un buen pintor, preparando mis manos para acariciarte, y mi mente siempre para soñarte.
Pasee por tus pueblitos, que al igual que un racimo de dulces uvas pasaron por mis ojos, dejando el dulzor de su acento, mezclado con el suave ronroneó de sus gentes, mezclado con su suave y salada brisa marina.
Lanzarote querido, tienes nombre de caballero, y has podido enamorar a mil damas, pero ninguna quedo tan impresionada y fue tan bien amada como lo fui yo, en la falda de tus volcanes, y cubierta de tus estrellas.