martes, 28 de mayo de 2013

LOKITA...


 
LOKITA...
 
Hace unos años , y viendo la nostalgia que mi marido tenía de la playa, de tomar el sol a cualquier hora, y viendo que con el trabajo no podíamos estar en la playa el tiempo que ahora, decidí comprarle un aparato de rayos UVA, a mí también me gustaba estar morenita en invierno, y eso hice.

Cuando llego el aparato a mi marido casi le da un infarto, es como una camilla, pero sólo la parte de arriba, yo puse de cama una tumbona de la playa y era una maravilla ver nevar y tu estar tranquila al sol.

Mi marido al principio fue reacio a tomar el sol, pero viendo lo bien que estaba yo, término animándole, aún así puso mil pegas, y eso que encontré una terraza cubierta  que no servía para nada, y puse allí el aparato.

Yo no fui consciente que desde la calle mi terraza se iluminaba y parecía que había aterrizado un ovni, el color ultravioleta se reflejaba en las cortinas y nadie sabía lo que estaba pasando en mi casa,  era un poco extraño, y no os cuento si tomaba el sol por la noche...

Una mañana que me había hartado de planchar decidí tomar un poco el sol en la espalda, ya lo había echo  otras veces y después me sentía genial, así es que aproveche que mis hijos estaban en el instituto y abrí el sol para mi sola.

Cuando llevaba un rato sonó el timbre de la puerta y yo dije... Que vuelva más tarde, pero el cartero (ese que siempre llama dos veces)  siguió insistiendo, el portero le dijo que no me había visto salir, yo  no me  había dado cuenta que estaba lloviendo.

Con tanta insistencia llamaba que me puse el albornoz y salí de muy mal humor, y le dije al cartero… hay que ver, ni me dejan tomar el sol.

Yo salía colorada como un tomate, y mi mal humor latente, entonces firme la carta que traía y el cartero no volvió a subir a casa. Al portero le dijo... Esta mujer está loca, ¿pues no dice que estaba tomando el sol con lo que está cayendo...? En fin que ya no me ha vuelto a molestar, cuando trae alguna carta urgente se la da al portero y todos felices pero... Fama de lolika ya tengo en la comunidad, pero a mí eso me da igual.

Ahora el aparato esta en un pequeño trastero que tengo en mi casa, está recogido no lo usamos, porque tenemos tiempo de ir más a la playa, y mi marido a veces dice de venderlo, yo digo que lo deje, a mi me gusta ver las cosas que hacia hace unos años con mi locuras de juventud.

8 comentarios:

Verónica O.M. dijo...

El cartero antes de hacer sus propias conjeturas, podría haberte preguntado, jaja
Besos

BEGO dijo...

Jajajaja,muy bueno!!!
Abrazos!!!

Marina-Emer dijo...

Hola Lola mucho gusto conocerte y poder leer este relato tan simpatico que nos dejas de los rayos en casa sin necesidad de salir a tomar el sol a la playa...bueno la verdad me ha gustado y ya te sigo ...es un placer haberte recibido en mi casa.besossssssss
Marinaamiga

Lola dijo...

Hola Verónica, pues sí, es fácil equivocarse y hablar sin saber, así es como pasan muchas cosas…
Gracias por tu comentario también en esta blog. Un abrazo.

Lola dijo...

Hola Bego, gracias amiga por tu comentario. Un abrazo.

Lola dijo...

Hola Marina, me gusto verte en uno de mis blogs, la verdad es que te había visto un montón de veces comentar en otros y pase a verte y quedarme un ratito dentro de tus letras. Se siempre bienvenida. Gracias por devolverme la visita. Un abrazo.

Rosario Ruiz de Almodóvar Rivera dijo...

Muy entretenido Lola, esas locuras son simpáticas y nunca se deben olvidar.
Un abrazo y gracias por tu visita a mi Librillo.

Lola dijo...

Hola Rosario, fue un placer visitar tu blog, gracias por venir al mío. Un abrazo.