GALICIA
Hay lugares por los que me he paseado a lo largo de mi vida que jamás me dejaron indiferente, y no es que haya viajado mucho, pero en verdad que España es un puzzle de historias, de señoríos, de reinos sin reyes, y vasallos siempre desconformes con su vida, su trabajo, su tierra, y sobre todo sus mares.
Sin salir de nuestra España, la primera vez que viaje a Galicia me quede enganchada no solamente de sus monumentos, si no de su lluvia casi constante, de sus días grises que a mi tanto me gustan, de su gente de campo, tosca, aunque de mirada valiente, de sus hombres de mar, y sus mujeres trabajadoras, mas aun que los hombres, por que la mujer gallega lo tiene todo, y es valiente de naturaleza.
Me sorprendí de su andar alegre, y su mirada sincera y a veces resignada, de no entender su vida, sin poder remediar el cambio, de sus ancestros pisándoles los talones, su sonrisa socarrona, y su perderse en sus tierras y en sus mares, Galicia me cautivo mas de una vez, y me enamore de sus rocas junto a las mareas.
Fue todo un sentir en todos mis poros, un caminar por calles de suelo de cristal, donde se reflejan los pasos, donde se pierde el sentimiento, de querer volver a perderse por las calles, que jamás fueron del olvido.
Hoy que Madrid vuelve a ser abrazado por el sol, hoy Galicia te recuerdo, te siento, te respeto, mis ojos te añoran y deseo volver a sentirte camino de la lluvia, junto a la música del mar.
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