APRENDÍ

APRENDÍ

Aprendí con el tiempo que personas totalmente diferentes, tienen en común más de lo que creen, que ríen por las mismas cosas, que lloran solo cuando la vida les hace daño.

Que tienen mil bienes comunes, como el mar y el cielo, el sol y el viento, y cada una de esas cosas las comparten a diario, muchas veces sin darse cuenta, otras muchas sonriendo cada noche a las estrellas.

Y decidí que cada sentimiento, emoción, sentir, y padecer, son más llevaderos cuando los compartes, cuando sonríes al lado de unos ojos que también lo hacen, que sientes sus lágrimas como lluvia fresca en una tormenta de verano, sabiendo que pronto terminaran.

La vida me sorprendió a diario con las cosas que Dios creo para mi, y solo por eso, deseo que cada cosa buena que sienta y llegue a mi vida, sea capaz de poder ofrecerla a las personas que en estos momentos se sientan solas, y quiero que piensen que todo pasa, hasta lo bueno.