DE PEQUEÑOS
Cuando mis hijos eran pequeños íbamos mucho a la sierra, a la nieve, llegamos a comprarnos el equipo todos, aún así las manos se quedaban heladas, y los pies no digamos y eso que llenábamos unas botas de nieve que no veáis.
Recuerdo uno de esos días de frío que mi hijo pequeño tenía las manos súper heladas, los guantes se habían mojado, de tirarle nieve a su hermano jugando.
Yo me subí el pluma dejando mi estómago al aire, le cogí las manos y se las puse allí dentro de mí, en mi pecho, y así se calentó.
Hoy que ha pasado mi nieto el domingo aquí, y estando sentado al lado de mi marido él ha dicho, mira abuelo que manos más valentías tengo, y yo le he comentado, pues yo las tengo heladas...
Se ha levantado, y se ha acercado a mí, se ha levantado la camiseta y me ha dicho... Abuela yo te las caliento aquí. Y he pensado... Tendrá recuerdos ancestrales, o su padre le habrá dicho lo que pasó aquella vez, o simplemente, el es así de generoso.
4 comentarios:
Que bonito gesto, ya ves con lo que uno se puede sentir feliz.
Besos
Gracias Mari-Pi, sí que me hace sentir bien este muchachito tan rebelde y tan listo, y a la vez tan generoso. Un beso amiga.
Mil gracias querida amiga por concedernos el privilegio de ser testigos de la belleza y sensibilidad de tus momentos vividos.
Muchos besinos y feliz fin de semana te desea esta amiga con inmenso cariño.
Amiga Ozna, muchas gracias por devolverme la visita, y por tu hermoso comentario. Te mando mi cariño.
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