Podría decirse que cuando escribo sobre mí, escarbo y araño todo el sentimiento que hacia ti puede llevarme, de tal manera que a veces me hace daño oírte solo en lo mas profundo de la conciencia, donde hasta a mi, me cuesta trabajo llegar.
Intento conocerme mejor ahora, cuando ya viví lo suficiente para pensar que no debo dejar nada sin explorar, y donde el instinto insiste en hacerlo, yo me abandono a esos instintos, entonces, solo entonces, me duele no poder enviarte ni una mirada, y el corazón me envía mensajes de auxilio, alocados, a veces como ausente, otras como caballo desbocado, pisando fuerte.
Y es que la vida prepara demasiadas sorpresas, y quien no este preparado le pasara como a mí, vivirá reflejada en otros ojos, vivirá atada a otros brazos, y el corazón encadenado pedirá libertad en cada latido, sufriendo cada día los roces de la indiferencia, viendo como se aleja el amor, igual que el río sigue su curso, a la vera de un camino equivocado.
4 comentarios:
Una reflexión de la que estoy de acuerdo contigo, pero que hay veces que es difícil salir del camino cogido.
Un abrazo
Sin palabras...
Besos!!!
Hola Mari-Pi- muchas gracias por no olvidarte de pasar a comentar mi entrada. Estoy de vacaciones y aunque me he traído el ordenador, tengo aquí a mi nieto (el duende) y poco tiempo me deja para entrar a veros. Te mando un fuerte abrazo amiga.
Hola Bego, muchas gracias por tu pequeño pero gran comentario, esas dos palabras dicen mucho para mí. Un beso grandote.
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