viernes, 2 de agosto de 2013

CÓMO CADA MAÑANA...

 
 
CÓMO CADA MAÑANA...
 
 
Cómo cada mañana yo repetía a mis hijos... llegareis tarde a la ruta ¡venga, que se enfría el desayuno! Era lo de todos los días.

 
Mis hijos discutían y reían sin hacer caso, yo me ponía de los nervios, y medio a empujones les despedía en la puerta del ascensor, no podía dejar solo al pequeño que ya me reclamaba a gritos ¡no os acerquéis a la puerta! Esas eran mis últimas palabras cada día, un beso que... ¡llegáis tarde!

 
Como cada día, cerré la puerta de la casa y suspire, iba hacia el dormitorio donde mi hijo lloraba en la cuna, de pronto un ruido enorme me paralizo y...

 
Salí hacia el rellano de la escalera, allí salía un humo espantoso por el ascensor, que me dejo al borde de la desesperación, no comprendía, de pronto unos segundos más tarde la locura llego a mí, el ascensor se había descolgado, mis hijos estaban dentro.

 
Eche a correr por las escaleras, gritando y llorando, en la incertidumbre los llamaba, los ocho pisos no me dejaban llegar al sótano, allí estaban ellos...

 
Cuando llegue el foso de ascensor estaba reventado, allí yacía un amasijo de mil cosas, allí chille, hasta que alguien más llego y, no pude más.

 
Perdí el conocimiento, la opresión del pecho era tanta, que mi locura me llevo al límite, varios vecinos me subieron a casa, a lo lejos oí decir ¿los bomberos están al llegar? y al llegar a mi casa mi puerta permanecía abierta, y las voces de mis hijos peleando por haber volcado el Cola Cao, entonces volví a la vida, no sé lo que había pasado, un adelanto en el tiempo, o quizás una ausencia, porque mis hijos aun no habían salido de casa, y aun no habían cogido el ascensor, aunque si se había descolgado, pero por suerte ellos habían tirado el desayuno, ellos no habían salido aun, entonces... ¿qué había pasado?

11 comentarios:

Flor dijo...

Querida Lola , yo creo que eso era un aviso de lo que iba a suceder , menos mal , que se les cayó el colacao , amiga no sabes , que miedo e pasado lenyendote , te deseo un fin de semana , tranquilo .
Besos de Flor.

Joaquín Galán dijo...

Pudo ser todo imaginación tuya por ese afán de protegerlos. Tanto habías pensado en un posible accidente con el ascensor que llegaste a vivirlo sin moverte de casa...aunque también es posible que sucediera de verdad y el terror de pensar que les podía haber tocado a ellos te superó.
Buen relato.

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

Menos mal, querida Lola los hijos son lo mas querido, y siempre tenemos el temor que les pase algo,un abrazo.J.R.

Trasto dijo...

Lola Amiga, qué angustia he sentido según te iba leyendo. Quizás el temor a perderles te hizo imaginar esa escena...No sé, no le encuentro explicación. Pero menos mal que los tienes contigo. Un beso enormeeeeeeee amiga, ya he vuelto para estar junto a tí.

Lola dijo...

Amiga Flor, bueno hay cosas que nadie se explica, y los miedos de las madres siempre existen cuando los hijos son aun pequeños. Gracias por tu comentario mi niña. Un beso y gracias por tu visita.

Lola dijo...

Hola Jerónimo, la imaginación es tan poderosa como la realidad, ella nos hace sufrir o ser felices, es algo que tenemos desde que nacemos, y que hace posibles muchas cosas. Gracias por tu visita. Un abrazo.

Lola dijo...

Hola José Ramón, es verdad nuestros hijos son tan importantes que siempre tenemos miedo a que les pase algo, ya sabes que nada podemos hacer ante nuestras angustias y desvelos. Gracias por tu comentario. Un abrazo.

Lola dijo...

Amiga Ana, no amiga no te sientas mal al leer nada de lo que escribo, hay cosas que suceden dentro de nosotras y no fuera, hay veces que la mente nos lleva por delante de los acontecimientos, pero eso no es malo, solamente te hace ver de que los momentos anteriores fueron felices, esos hay que vivirlos a tope. Gracias por el regreso. Un abrazo.

Marina-Emer dijo...

querida Lola los hijos es lo mas importante de la vida ,son un trozo nuestro,y Dios mio ni enfermos quisiera verlos
gracias amiga por tu visita es siempre un placer recibirte
feliz semana.un abrazo
Marina

Lola dijo...

Gracias siempre a ti Marina amiga. Me encanta verte por mis blogs. Un beso grandote.

Juglar dijo...

Me ha gustado mucho tu relato.
Aunque estremecedor, lo hilvanas de tal manera que lo vivimos palabra por palabra.
Sabemos que los hijos desarrollan en nosotras un sexto sentido que funciona como un reloj!
Un abrazo grande, Lola.