LA HERENCIA
Hace unos días estando en casa
de mi hijo, me hallaba en la cocina, sola, sin más ruido que el del fuego, mi
hijo me dijo ¡te enciendo la tele para que no estés sola! Yo le sonreí le
conteste, no la conectes, quiero pensar.
Al rato me acorde de una amiga mía, la conocí en mi época creativa, las dos
hacíamos esmaltes al fuego, las dos teníamos dos hijos, hablábamos mucho de las
cosas de diario, un día al volver de las vacaciones me contó lo que le había
pasado.
Ella, era hija única de un matrimonio adinerado de un pueblo extremeño, les
gustaba ir allí de vacaciones, sus padres ya mayores soñaban con esas fechas
para pasarlas con su hija y con sus nietos, también con su yerno.
Sucedió que antes de marcharse para el pueblo, mi amiga que vivía modestamente,
en la zona Sur de Madrid, no sabía donde dejar las joyas que recientemente le
había regalado su madre, eran joyas antiguas, de familia, y difíciles de poner
en ninguna circunstancia, en su casa no había donde guardarlas, y no quería
viajar con ellas, temía dejarlas en su casa por si entraban los cacos que
desvalijan las casa en vacaciones, y que buscan el dinero fácil.
Mi amiga después de pensar mucho decidió envolver bien sus joyas y dejarlas en
un barril de detergente ya vació, lo lleno de periódicos y revistas viejas, y
lo dejo dentro de la cocina, ella pensó que nadie pensaría que estaban allí en
caso de que entraran a su casa a robar.
Estando allí de vacaciones, su padre cayó enfermo, de tal guisa que terminaron
las vacaciones y ella tuvo que quedarse unos días más con su madre para
ayudarla, hasta darle el alta a su padre.
El marido ya había terminado las vacaciones y volvió a Madrid, decidió limpiar
un poco la cocina de lo que él pensó que era un abandono, producido por las
prisas de las vacaciones, y tiro los periódicos y revistas que dejo mi amiga
(de joyero).
Cuando mi amiga llego a su casa se quedo estupefacta al ver su cocina tan
limpia, y sobre todo al no ver el barril de detergente con las revistas, su
marido todo orgulloso le dijo que lo había tirado todo, y que también había
tirado cacharros viejos y los había remplazado por nuevos.
Mi amiga cayó enferma del disgusto, y paso meses sin hablarle al marido yo le
comente que no era culpa de el sino de ella, por no haberle dicho donde había
dejado escondida “su herencia”
15 comentarios:
Pobrecita....menudo disgusto.Y el pobre marido....
BESOS!!!
Hola Lola, terrible. Te comento lo que le paso a una familia vecina, el señor mayor envolvio dolares y el paquete lo pego debajo de un mueble. El hijo se puso a limpiar y lo saco y tiro a la basura......
O hacer un encondite limpio o avisar
Abrazo
Pues si Bego, mi amiga estuvo enferma durante un tiempo, ya que aparte del valor material el sentimental era enorme, eran joyas de familia, y eso si que es importante, pero… antes había vivido sin ellas, asique tuvo que volver a estar como antes… para siempre. Un beso amiga.
Hola Lapislázuli, pues casi lo mismo, al final lo perdió todo, hay que decirle a la familia, a los más cercanos donde tenemos las cosas de valor si las tenemos, que a este paso lo más importante será la despensa y el frigorífico, ya ni joyas van quedando. Gracias por tu comentario. Un beso.
Hola Lola:
Ya me voy poniendo al día con vuestras entradas: la verdad que ya os echaba en falta.
Que mala pata lo de tú amiga: pero sí que la culpa es de ella; eso aveces pasa cuando no quieres compartir tus secretos como en este caso y mira...Pero bueno supongo que todo fué una casualidad con un final inesperado.
Un abrazo inmenso feliz septiembre.
Si Bertha fueron varias cosas que no debieron de pasar, el padre enfermo de pronto, y el quedarse la hija en el pueblo sin acordarse de la herencia…
Gracias amiga, bienvenida de nuevo. Un beso.
Que triste pero
es la realidad..
Lindo fin de semana.
Hola madre , no suelo pasearme por aquí pero de vez en cuando me gusta saber que escribes ya que lo haces muy bien. La verdad es que es una historia terrible que acaba en tragedia y con difícil solución.El gran problema que desgraciadamente azota a todo el mundo es la falta de comunicación y si realmente tenía que estar enfadada es consigo misma ya que cometió un error terrible de no comunicarlo a su esposo.Lo peor de la historia es que la sensación de culpa del marido por un acto involuntario , realizado de muy buena fe. Y para rematar se enfada con el sin culpa ninguna y ademas cae enferma . Se olvido de lo más importante que es el amor a las personas y no a las cosas.
¡Madre mía Lola! Conforme iba leyendo me lo estaba imaginando. Pero el marido no tiene la culpa, no sabía nada y recogió todo con buena intención. Cuando en alguna ocasión he perdido algo de gran valor sentimental para mi, me he consolado pensando que a quien lo tenga, seguro que le hace más falta y además le ayuda. Me gusta mucho leerte, siempre que "entro al corazón" me encuentro con un sentimiento nuevo. Eres grande. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amiga.
Hola Claribel, muy triste, ya ves que da tanto querer guardarlas, no se la llevaron los ladrones, pero si el camión de la basura. Gracias por tu comentario. Un beso.
Hola Che, como me gusta verte por el blog, me has sorprendido gratamente. Te diré que es una historia real, le sucedía a una amiga de mi época de manualidades de esmaltes al fuego ¿lo recuerdas?
Es verdad que lo paso mal mi amiga, pero hay que pensar en positivo, el marido lo hizo para ayudar a su mujer… hay veces que mejor estarse quietecito. Un beso enorme mi niño.
Hola Lola , la verdad es que tienes mucha razón ya que si ella no le comento nada , su marido que iba a saber el pobre , yo he oido historias parecidas , la hija de mi jefa , guardaba las joyas en el congelador , pero eso si , siempre que se iba de vacaciones , le decia a su madre donde las guardaba . Sabes me alegra mucho el pasar a verte.
Besos de tu amiga Flor .
Hola Lola, para que veas...ella pensando en los ladrones y al final el peor desastre, puede facilmente ocurrir sobre todo a nosotras que movemos casi la mayoria de cosas y trastos. Me ha gustado leer tu historia, besos Pilar
Hola Flor, la vida nos da más sorpresas de las que queremos reconocer, y no siempre buenas. En fin mi amiga se tuvo que conformar con lo que había pasado, fue culpa de ella, y eso tuvo que aceptarlo. Un beso amiga.
Y así fue Pilar, ella quiso hacerlo mejor que nadie, y su marido sin saber nada también quiso ayudarla, y las cosas salieron mal… no es culpa de nadie. Un beso.
Publicar un comentario