Hace unos años, cuando los tiempos eran mejores, mi hermano cada vez que le compraba una joya a su mujer (una hermana mas para nosotras tres) compraba otra parecida a mi madre, ella, que jamás había tenido nada, cada detalle era una gran ilusión, y mi madre compro un joyero para tener bien organizado su “tesoro” más que nada por el amor que mi hermano ponía en cada regalo.
A mi cuñada todo le parecía bien, y se alegraba de que ella pudiese lucir esas joyas cuando salía arreglada y guapa, eran otros tiempos, nadie por la calle te quitaba una sortija de platino, unos pendientes con piedras preciosas, o una cadena con una bonita y gran medalla de oro de 24 quilates.
Todo eso quedo en nuestras manos cuando murió nuestra madre, yo desde el primer momento dije que no quería ninguna de esas joyas, que prefería cosas más particulares si las hubiese, papeles de otros tiempos, y que podían volver a llevarme a un ayer que yo apenas recordaba.
Mis hermanas, las tres, me dijeron… coge lo que quieras, nosotras no bamos a discutir por nada, y así fue, mi herencia fueron fuentes y enseres de cocina, todo lo que mi madre había tocado recientemente, una blusa y la chaqueta de hilo para el verano, cosas que para mi eran importantes, y en verdad que repartir sus cosas fue más un acto de amor, que otra cosa.
Yo siempre pensé que las joyas deberían volver a mi cuñada, ella tiene cuatro hijas, las había comprado mi hermano, y además algún día podían necesitar su venta, pero…
Cuando terminamos nuestro recorrido por la casa dejándola limpia, nos sentamos las cuatro hermanas, y ellas sacaron un paquetito que yo no esperaba, en el aparecían algunas de las joyas de mi madre, yo me quede sorprendida, y ellas me contaron que habían dividido las cosas que ella guardaba con tanto cariño, yo aunque no las quería me dijeron que me las quedara, si no para lucirlas, si para tener un recuerdo de mi madre, como las demás cosas que llegaron a mis manos después de su muerte.
No me suelo poner ninguna joya, pero es verdad que algún día las heredara Andrea mi nieta que tampoco se las pondrá, será solamente un recuerdo de su bisabuela, y eso es un trozo mas de historia de la familia, que tiene la importancia que se quiera dar… la mía.
14 comentarios:
Pues sean joyas u otras cosas, todos son recuerdos de tu madre, de mi madre solo conservo el anillo de prometida, que usé para mi Profesión Solemne, y lo llevo con alegría.
Disfruta de todo lo que tocó a diario.
Un gran abrazo
Sor.Cecilia
A mi me gustan mucho las joyas desde muy pequeña ya me gustaba ponerme algún brazalete o hacerme collares, pero es cierto que hoy en día poco se pueden llevar, lo importante es que pudiste coger cosas sentimentales que a ti te ayudasen a encontrar un pasado más claro y prendas de las que tu madre te hacía sentirte mas cerca de ella.
Besos
Son recuerdos que quedan para siempre.
Está bien que las tengas.
Un beso grande.
Sea lo que sea siempre será un gran recuerdo, porque se trata de algo de un ser muy querido, y el valor sentimental es lo más grande. Un abrazo Lola, y muy buena semana amiga.
A Ella seguro le gustaría los tuvieras.
Besos
Muchas gracias Sor. Cecilia, sí que son bonitos los comentarios que haces en mi blog, de verdad que me gusta leerlos. Te mando mi cariño sincero. Un beso.
Hola Mari-Pi, a mi las joyas como que no me van nada, pero esto que llego a mis manos es especial, porque son de ella, de mi madre a la que tanto quiero aun después de marcharse, y así será siempre. Gracias amiga por tu visita. Un beso.
Si Amalia, son hermosos recuerdos que jamás se irán de mi corazón, porque ella lo merecía y yo los necesito. Gracias por tu comentario. Un abrazo.
Hola Pepe, siempre serán los buenos recuerdos los que predominen en mi corazón, y mi madre es el más importante, sus joyas las tuvo en su piel, y la recuerdo con ellas puesta. Es una suerte tener esos recuerdos. Gracias por tus comentarios, siempre hermosos. Un abrazo.
Hola Vero, seguro que sonríe desde donde este cuando ve que no me pongo nada de ella, me conocía y siempre me veía guapa pero sin joyas, yo soy así, hay veces que me pongo alguna al hacerme unas fotos, después las vuelvo a poner en su sitio , las miro, sonrió y la veo sonriéndome. Gracias por tu comentario. Un abrazo.
Hola Lola, cuanta razón tienes en lo que dices, pero como te dijeron tus hermanas aunque no te pongas las joyas al menos tienes otros recuerdos de tu querida madre aparte de los que ya escogiste tu.
En mi casa también somos cuatro hermanas y aunque mi madre lo mismo que yo tampoco era de joyas, las pocas que tenia las tenemos guardas, han pasado muchos años y no nos animamos a repartidlas, pero si son recuerdos:)
Besos.
Son recuerdos entrañables que nos acompañarán mientras vivamos y pasarán a nuestros descendientes formando una cadena de amor y evocación filiar.
Un abrazo
Si amiga Piruja, serán siempre un hermoso recuerdo, algún día alguien las vendara, quizás ayuden en un momento de malos tiempos, pero no son gran cosa, pero… benditos bienes que los males remedian. Bueno amiga muchas gracias por tu hermoso comentario. Un beso.
Amiga María, sí que son recuerdos entrañables, pero el valor sentimental es mucho para mí, quizás para mi nieta no tenga mucho y quien sabe… Gracias por tu visita. Un beso.
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