lunes, 3 de noviembre de 2014

NI LA MUERTE LOS SEPARO




NI LA MUERTE LOS SEPARO


Mis abuelos maternos vivieron desde que se casaron en una casa cuartel, mi abuelo era guardia civil y allí transcurrieron sus primeros años de casados, mi madre vivió allí hasta que se marcho con mi padre, y ellos se trasladaron a una casa baja, rara, con un pequeño corral y dos viviendas casi juntas.


En esa época  había pocos pisos ni nada parecido para pobres, solo casas bajas sin ningún lujo de nada, por no tener ni había agua corriente en la vivienda, había un retrete de madera con un agujero en el corral  y debajo un foso, donde cada cierto tiempo un carro con una mula pasaban a recoger los (excrementos familiares) que eran lo normal de aquella época.


El agua había que  llevarla desde una fuente que había en la esquina, y que con un cántaro de barro las mujeres con el apoyado en la cadera, y a base de paseos llenaban unas tinajas grandotas y que tapaban con una tapadera de madera, y allí se iban arreglando como podían. Pocas casas tenían agua dentro, solo los ricos gozaban de ese privilegio, que para casi todos era un sueño.


Ellos, mis abuelos, sabían que desde que vivían allí en las noches se oía siempre como un lamento, por el día se oía mas lejano, seria por los ruidos que tiene la ciudad, por entonces no de coches, pero sí de carros que eran los que llevaban y traían lo que los negocios necesitaban.


Mis abuelos terminaron enfadados con los vecinos y estos se marcharon a otra vivienda, y allí se mudo mi tía Lola que vivía en Santa Cruz de Mudela.


Mi tía llego a esa casa desvencijada pero era un techo para vivir con su marido y sus cinco hijos varones, en el pueblo mi tío se había quedado sin trabajo, y volver a la capital era como si te tocase la lotería…


Cuando llegaron  mis tíos  seguían oyendo el lamento que mis primos no percibieron porque como niños caían rendidos a la hora de dormir, pero mis tíos si que lo oían, y le preguntaron a mis abuelos que les contaron que desde siempre ese sonido había estado en la casa, y que ellos pensaban que era un pequeño hueco por donde se filtraba el aire, y que no habían dado importancia, aunque a veces era demasiado fuerte.


Llego el momento de levantar suelos, el agua llegaba a los hogares, y llegaron los operarios del ayuntamiento para hacer ese trabajo, enseguida que hicieron intención de levantar baldosas, el suelo se hundió en un gran  boquete, al pasar una luz dentro de la cavidad se vislumbraban unas grandes tinajas, de esas que se usan en las bodegas antiguas, y eso es lo que parecía ese lugar.


Allí llegaron técnicos del ayuntamiento a ver lo que  era aquello, y que cantidad de tinajas había y tomar nota, fueron revisando una por una, mirando dentro, yo creo que buscaban algo de monedas o joyas enterradas en la guerra, pero no, dentro de una tinaja había dos  cadáveres, al sacarlos se vio claramente lo que producía el sonido en las noches…


Parecían ser de hombre y mujer, sus cráneos estaban atravesados por dos grandes clavos de arriba abajo, y que después les dijeron a mis abuelos que no les habían causado la muerte instantánea, había sido una agonía terrible durante días.


Se supo investigando después, que muchos años atrás el dueño de la casa denuncio que  su mujer que según se decía tenía un amante, se habían fugado con él y no se les volvió ver jamás, sintiendo lastima de ese pobre hombre “abandonado” que muchos años después se supo que era el asesino de ambos.


Al final pudieron descansar en paz esa pobre pareja que se quiso hasta la muerte nunca mejor dicho, y que murieron uno en brazos del otro sin poder salir de ese encierro y sin que nadie averiguase lo que había pasado en realidad, hasta después del tiempo…

9 comentarios:

Amapola Azzul dijo...

uffff¡
Un beso.

Mari-Pi-R dijo...

Que tragedia!, el amor los unió hasta la muerte.
Que tiempos tan duros aquellos y cuanta lucha había para sobrevivir.
Un abrazo.

Verónica O.M. dijo...

Terrorífico suceso.
Qué tiempos aquellos; Lola, mi abuela también me contaba...
Besos, buena semana

Bertha dijo...

Que impacto, pero claro quien se lo iba a imaginar.

Y, a saber en que fecha ocurriría ese asesinato.Porque seguro que a el no le hubiera pasado nada, al ser ella una adúltera.La ignorancia es una losa.Por eso hoy en día somos unas privilegiadas; aunque siempre habrá alguien capaz de hacer algo así.

Lola:me ha encantado como lo narras, con esa sencillez y esa cercanía.

Un beso

Marinela dijo...

Tu relato, verídico o inventado,pone los vellos de punta. Pensar que durante años unas familias vivieron encima de los cuerpos asesinados de dos amantes...

Un abrazo,

Marina-Emer dijo...

mi querida Lola he leido por encima la historia de tus abuelos el guardia Civil de los del gorro negro de charol de las peliculas ...hermosa historia ...desde clase besitos y bienvenida a casa
Marina

AMALIA dijo...

Una historia escalofriante!!.

¿Quién lo iba a pensar?.


Un besito grande.

CRISTINA dijo...

Los lazos creados por el amor son tan fuertes, que ni aún la muerte puede con ellos...
Lola, un cariñoso abrazo.

Lola dijo...

Muchas gracias a todos por vuestras visitas. Un abrazo.