domingo, 9 de noviembre de 2014

NO NOS PERDEREMOS...




NO NOS PERDEREMOS...


Yo ni siquiera había oído el nombre del pueblo...


San Martín del Castañar, sonaba lejano y antiguo, su posada, sitio donde descansamos, me embrujo desde nuestra llegada, sus maderas viejas, y su calor renovado con los años, hicieron de mi estancia un sueño mágico, al que deseo volver pronto.


Fuimos allí a recuperar el tiempo perdido de otros días, el amor había volado hacia otros lares, y su regreso me hizo volver a la vida.


La habitación de la posada era como un encargo de sueños de atrás, su cama con dosel y madera pulimentada, despertó nuestros instintos, que en otra época hizo arder a más de un caballero, y perderse a más de dos damas...


Recuerdo la paz que recorrió mi alma al verle allí a mi lado, mi mirada fue agua de lluvia, cayendo desde mi cara a tu cuerpo, y fui barro moldeado de nuevo entre sus manos maestras, la suavidad del barro y el agua unidos, fue magia, y las estrellas desfilaron por nuestra ventana, mas allá de la madrugada, cuando el ardor se convirtió en sosiego y brasa, y el sudor en roció enviado por el amanecer cercano.


Fui toda tuya, olvide los brazos que le habían mantenido lejos de mi tanto tiempo, olvide mis noches de soledad, y mis días de hastió, olvide mi vida y encontré mi pasión oculta entre camisones de raso y encaje, que solo estaban allí para recordarme que antes habías sido mío, y que jamás había sido mas libre que cuando me amabas.


El camisón fue la mecha que encendió la noche, volando a un rincón de la habitación, nuestros cuerpos libres de envoltorios, se convirtieron en luz y sombras, su cuerpo ardoroso en fuente de vida, y el mío en tierra preparada para ser sembrada.


Las caricias flotaban en el aire mágico de San Martín, y nosotros después de mucho tiempo, volvimos a ser uno, nuestros sentimientos aderezo la ensalada, que ambos manteníamos fresca y lista para comer juntos, en el mismo plato, y con el mismo tenedor, con mis labios siendo su servilleta, y sus manos suaves acariciandome el resto de la noche. Nunca mas nos perderemos, pero si eso sucediese, nos volveríamos a encontrar en... San Martín del Castañar.



13 comentarios:

Teresa dijo...

¡ Lola que precioso ! Besos.

Piruja dijo...

Hola Lola, que bonito lo que cuentas, me alegro que ese entorno lleno de magia ayudase a que ese amor que se había ido de vacaciones volviese y arrasase con toda la pasion del mundo, me alegro mucho de veras:), el pueblo se ve como de cuento, una maravilla:)

Besos.

karras dijo...

ESe pueblo despierta magia y pasiones sin duda. Pasamos por él en nuestra visita a la Alberca y Peña de Francia y es tan bello y rústico como lo describes.
Me alegra mucho que ese entorno avivara con más firmeza si cabe las ascuas de la pasión.
Besotes grandes.

Humberto Dib dijo...

Un pueblo que puede lograr que escribamos textos como el tuyo, me encantó.
Un abrazo.
HD

AMALIA dijo...

Cuentas una preciosa historia para no olvidar nunca.

Muy hermoso relato.
Besitos

Mari-Pi-R dijo...

Un antaño pueblo hizo brotar la llama apagada y os hizo vivir momentos intensos casi olvidados.
Me alegro por tu salida.
Un beso.

CRISTINA dijo...

Lola, la magia de este precioso pueblo te ha contagiado, y te ha hecho vivir momento que siempre llevaras en tu corazón.
Un grande abrazo!

Maite Sánchez-volarela dijo...

Qué bonito, hermoso, mágico, sensual, íntimo y Sincero. Una mezcla que contagia y encanta en tus palabras.

Un abrazo grande, con mucha gratitud también por tu visita :)

Lola dijo...

Muchas gracias siempre por volver a comentar mis escritos. Un abrazo enorme.

Ángela dijo...

Preciosa la magia del amor en cualquier rincón del universo!!
Un abrazo

Lola dijo...

Gracias Ángela, siempre me alegro de verte. Un beso.

Cilos10 dijo...

¡ Es precioso! qué fuerza y sentimiento en tus escritos.
Besos.

Lola dijo...

Gracias Chelo, si que fue un viaje bonito. Un beso.