SALVADOR
Nos conocimos en la puerta de la guardería, ambas esperábamos a nuestros hijos, ella a su niña pequeña, y yo a mi hijo mayor, aún no había llegado el segundo, aunque ya estaba en camino.
Nos caímos bien desde el principio, ella vivía al otro lado de mi calle, se llama Elena, y tenía otro hijo un poco más mayor... Salvador.
Hablábamos mucho cada vez que nos encontrábamos, un día en la puerta del mercado me comento que Salvador había visto la noche anterior unas luces extrañas en el cielo, que se paraban y después desaparecían en segundos, volviendo de nuevo aparecer al rato , yo le comenté que me parecía normal, que había muchos mundos dentro de este mundo, y le comenté que tenía suerte de ver cosas que otros no veíamos...
Pasó el tiempo, seguíamos viéndonos de vez en cuando, pero últimamente menos, un día me comento que su hijo se había quedado sin trabajo, y si podía ir a la empresa de mi marido haber si había suerte, le di la dirección y allí se presentó, un chico moreno, de mirada dulce que yo pude ver en su currículo y entonces ya supe quien era el hijo de mi amiga. El no se quedo a trabajar en la empresa porque el quería otra cosa y no volvimos hablar de ese tema.
Un día cuando yo entraba a mi clase de yoga ella salía de la primera hora, me alegre de verla la abrace y entonces ella llorando me dijo... No te has enterado ¿ verdad?
Y entonces me contó que su hijo había fallecido en un accidente de tráfico cuando había salido de trabajar, y me contó los detalles tremendos y tristes como es la pérdida de un hijo hermoso y bueno que ya no estaba con ella. Yo llore a su lado, abrazadas y recordándole en cada palabra, y yo pensando que quizás si hubiese trabajado en la empresa de mi marido su hijo no habría pasado por esa carretera aquel día negro, pero eso ya no tenía razón de ser.
Un día la encontré en la puerta del mercado, y me comento que una madrugada había despertado con la mano sobre su pecho izquierdo, y allí había notado un bulto que ella no había visto, y que ya la habían operado y que se encontraba muy bien, y me dijo... Ha sido mi hijo quien me había avisado.
Otro día me contó que en la habitación de su hijo había un corcho con una colección de llaveros, uno era una campanilla, que sonaba cuando ella a solas se sentaba en la habitación, allí notaba su presencia, y se sentía bien. Había empezado a planchar en esa habitación y me contaba que algunas veces, una pelota de baloncesto de su hijo, se caía de la estantería rodando hasta sus pies, y allí,volvía si la colocaba otra vez en su lugar.
Eran pequeñas cosas que a ella la hacían vivir un día más esperando ver a su hijo, pero eso no sucedería jamás.
Hoy la recordé cuando caminaba por la playa, recordé que hace unos años me la encontré dando un paseo por aquí, y me comento que habían comprado un apartamento cerca de la plaza bohemia, me dio la dirección pero ya no he sabido nada de ella, la última vez la vi de largo, el Parkinson la había dejado desmejorada, y esos temblores la recorrían por entero.
He recordado su mirada triste y su andar valiente después de que el se marchase, y yo creo que ella ahora ya viajo a su lado, junto a la luz de sus ojos, SALVADOR.
Se que ella ya no era feliz en este mundo, y se que si pudo viajar junto a el estará en el mejor de los lugares, y seguro que Salvador fue su vida desde que nació sólo para quererla.
8 comentarios:
Es una historia triste, Lola, pero como tú dices, ojalá esté tranquila y cerca de su hijo.
Un abrazo fuerte
Un Relato desgarrador
Se parece mucho a otra Vida, que actualmente voy "Viviendo".
manolo
.
Una preciosa historia Lola.Al fin y al cabo somos y estamos para amar a los que nos rodean,sin eso la vida carece de sentido.
Te dejo un abrazo
Me parece una historia que, aunque ciertamente algo triste, también tiene su lado dulce, y es que su hijo jamás la abandonó, ni aun cuando se fue de este mundo; es más, la protegía. Gracias por compartir algo así Lola. Espero que hayas pasado un buen verano, yo ya estoy de vuelta por este mundillo bloguero. Un fuerte abrazo. @Pepe_Lasala
Triste historia pero a la vez hermosa.
Te mando un beso.
Feliz fin de semana
Aunque triste, muy bella historia, querida Lola. Ya estoy de nuevo en casa y es un placer volver a visitarte y leerte, amiga.
Un abrazo grande y cariñoso. María
Hermosa historia, el amor traspasa espacio y tiempo para llagar hasta nosotros. Y así demostrarnos que ni que nuestro seres querido ya no estén en cuerpo, si están con su espíritu.
Lola, que tengas un feliz domingo! Un cariñoso abrazo.
Muchas gracias por vuestras letras, y visita, me encanta veros por aquí. Un abrazo enorme.
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