CUANDO REGRESO A ELLA...

CUANDO REGRESO  A ELLA...

El domingo después un fin de semana tranquilo y un poco aburrido diaria yo, dando un paseo por los sitios donde veo lo que escriben mis amigos, encontré el blogs de una amiga mía que supe hace unos años que había muerto (ya escribí aquí sobre eso cuando me entere)

La última vez que hable con ella me dijo que estaba “pachucha” me informo un poco y entre risas me dijo que iba al médico, le decían cuatro cosas y la mandaban a casa después de unas pruebas que nada le decían.

Ayer curioseando por el muro de mi amiga encontré todo lo que a mí no me había dicho por teléfono, entonces supe todo el proceso del cáncer que ella padeció y se la llevo a un lugar “mejor” como dicen los muy creyentes, pero que a la hora de la verdad nadie desea visitar.

Ella primero contaba sus visitas y pruebas al hospital, después sus amigas le contestaban (yo no estaba entre esos mensajes de ánimo) y pensé… ¿como no he leído yo esto antes?

Y hablaba de la quimio que yo jamás supe, y de sus primeros mechones de pelo en su almohada, de sus días malos, y otros días menos, y sobre todo de sus noches sin dormir a pesar de los calmantes.

Como yo nada sabía de todo esto, me llene de tristeza e impotencia, el corazón fue más lento como  su latir, sentí su respiración agitada y dolorosa, y me sentí una mala amiga por no haber estado a su lado en esos momentos aunque hubiese sido por teléfono, con mis mensajes, con sus sonrisas que salían su ser como un fresco riachuelo sin contaminar por nadie.

En su blog que aun paso aun sabiendo que no encontrare nada nuevo, rio con sus letras como si aun escribiese cada día, y es que ella siempre ponía la guinda a momentos difíciles, ella morena de ojos verdes y hermosos como su amada Galicia, me hace pasear por sus sentimientos puros y fuertes, de ideas claras y convincentes.

Ella me hablo por primera vez del socialismo cuando yo solo era una nueva ama de casa sin más pretensiones que cuidar de mi marido y mis hijos, ella me contaba y yo la escuchaba, y termine estando de acuerdo con ella y con sus ideas. Y hoy la recuerdo por cómo va la vida en España, y como todo ha vuelto a como ella me decía, acertado o no ¿quién sabe? ella ya estará informada de todo lo que ha de pasar, yo ya ni tengo ideales ni ganas, pero cada día la saludo al pasar por la terraza de su casa, su sonrisa me da vida, esa que ella ya no tiene.