Habíamos empezado las vacaciones, la carretera era un río incesante de vehículos, yo miraba la cantidad de ellos que circulaban, dentro un montón de personas en busca de descanso merecido, después del diario estrés al que la mayoría estamos sometidos.
Yo, cuando el viaje va a ser largo preparo música que bajo en Internet, busco las canciones en los programas instalados de música, y grabo cantidad de canciones que podemos ir cantando, no me gusta que toda sea del mismo interprete, busco música pachanguera, es divertido y el viaje se hace más ameno. El CD sonaba y cantábamos todos desafinando, reíamos soltando gorgoritos, pero de eso se trataba, de pasarlo bien y amenizar los kilómetros, que iban cayendo sobre la tarde ya anochecida.
Era víspera del 1 de agosto, eran muchos los días que los viajeros disfrutaríamos, aun así todos tratábamos de llegar pronto, todos tratando de robar minutos de sol y mar, a un tiempo que siempre se hace corto y, que queríamos disfrutar intensamente.
La carretera empezó a hacerse densa, mas de lo que pensábamos, los que circulábamos por la carretera que nos llevaba a la playa nos dimos cuenta que algo pasaba, todos íbamos demasiado lentos, todo empezaba a no tener sentido, de pronto los vehículos se detuvieron, y allí quedamos entre protestas y gritos, y silencios molestos después.
La música dejo de sonar, ya nadie cantaba, parados dentro del coche pensábamos en la causa que producía tan enorme atasco, y pensábamos que seria un accidente, y todos empezamos hacer comentarios de lo mal que se conducía, y las prisas que siempre teníamos, mas de las ganas por salir todos los que vivimos en Madrid. Y después de un tiempo los vehículos empezaron a circular lentamente.
Al echar andar empezamos a oír el sonido de las ambulancias, y la policía empezaba a poner orden en un caos total, todos nos mirábamos cuando delante de nuestros ojos un coche negro, y pequeño que antes nos había adelantado, lleno de alegría y música ahora estaba volcado, dejándonos ver sus cuatro ruedas a la altura del techo de nuestro coche, y en medio de la carretera, se hallaban cuatro cuerpos sin vida, cuatro hermosos jóvenes empezaban a ser tapados por la policía y, de pronto la radio se conecto y la banda sonora de la película Ghost empezó a sonar…
Nos quedamos helados…y yo sentí como los chicos confundidos se preguntaban que estaba pasando, que hacia que los coches casi parasen al llegar a la altura de donde ellos estaban, oían los comentarios si saber por que, no había explicación y yo empecé hablar con ellos, mientras empezaban a llorar dándose cuenta de lo que había pasado, una de las chicas decía … no puede ser... no puede ser, yo le grite diciéndole… si puede ser, os habéis matado como idiotas, jóvenes con toda una vida por delante, habéis dejado vuestra vida aquí sembrada en el asfalto, lo estáis regando con vuestra sangre, vuestros padres están siendo despertados por una llamada de teléfono de la policía, que ha interrumpido sus sueños, de ahora en adelante vosotros no tenéis vida, vuestros padres tampoco.
La música dejo de sonar y de mi corazón salio un lamento al escuchar el llanto de las madres, la noche se volvió madrugada, y una neblina nos cubrió a todos, y acompaño a los cuatro jóvenes a pasar al otro lado, mientras yo seguía oyendo el llanto de las chicas, y la rabia de los chicos, que ya caminaban en la vida del silencio, en la sinrazón de un accidente que dejo muertas a cuatro familias, de luto y llanto eterno.