DIOSES Y HOMBRES
Hace un tiempo, cuando las ciudades estaban separadas por
grandes desiertos, ríos, u océanos, la religión y las personas se creían únicas en
este hermoso mundo llamado tierra.
Los continentes aun no se habían encontrado, y cada uno creía
en un Dios o Dioses que dirigía tus vidas, haciendo del pecado una verdad solo
para los que debían aplicarlo, sin que ellos jamás fuesen pecadores, los demás…tampoco.
Cuando a un faraón se le ocurrió la idea de un dios único, llegaron
los problemas, terminando con su reinado y su casta casi de seguido, pero él
fue el único faraón que hablo diciendo que el sol dios le había hablado, y que sobraban
los demás, que todos los hombres tenían los mismos derechos, y que todos tenían que tener
comida, trabajo, y un techo donde cobijarse, y surgió la guerra entre sus sacerdotes que veían
que se les acababa el negocio, y que se quedarían sin casa (templos) comida
(ofrendas) sin dinero (oro) y sin poder (política) todo como ahora, más o
menos.
Después, alguien que tenía un sueño, cruzo los mares, y se
descubrieron los continentes, y en cada continente, país o región se
descubrieron nuevos dioses, y las personas no quisieron entender que el Dios no
cambiaba nada, solo los hombres eran diferentes.
A mí me da igual el nombre que le pongamos a Dios, para mi sin duda Jesucristo, en esa fe me
criaron, después yo fui dándome cuenta que no era importante el nombre, solo
sus hechos, sus enseñanzas, su grandeza y su poder, y mi fe que a veces mueve
montañas, otras me deja en la más triste de las vidas, y no me deja ver que
algo bueno está por llegar.
Hoy es un buen día para mi, siento la brisa en mi rostro
mientras camino por la playa, al llegar a casa me esperaba un café aromático y
fuerte, y ahora al bajar a la playa encontrare a mis “amigas” para darle un
poco a la húmeda, sin nada en particular, al menos que mi amiga “Guerrera”
saque a relucir la situación que vive España, y ella persona estupenda pero “clasista” no quiere entender que todo cambia, aunque en
nuestros corazones habite el mismo Dios.