Quintana de Valdivielso
Juviles
TURISMO RURAL...
Hace unos años decidimos hacer una ruta turística por España, yo tenía muchas ganas de volver a Cantabria, intentar visitar las cuevas de Altamira que en otra ocasión no fue posible, y con ese proyecto empezamos el viaje un matrimonio amigo, mi marido y yo, en un vehículo caravana con cabida para cuatro personas, y todo fue bien.
Decidimos pasar la noche en un área de descanso cerrada como muchas en nuestras carreteras, era tarde y ya teníamos ganas de descansar, íbamos sin prisas y sin reloj, parando donde queríamos, habíamos empezado el viaje después de salir del trabajo, y había tres conductores, por lo tanto no había problemas con el cansancio.
Paramos la caravana no recuerdo bien el lugar, creo que era Quintana de Valdivielso total ni importaba ese detalle, cenamos unos bocadillos y nos entro sueño, decidimos dormir un rato. No se porque motivos despertamos en una hora, no podíamos dormir, y decidimos seguir el viaje.
Pero al salir de la caravana no estábamos en un área de descanso, nos miramos diciendo pero ¿ dónde estamos? No podíamos entender que pasaba, total habíamos dormido TODOS una hora, no se había movido el vehículo, pero nada tenía que ver con el lugar donde habíamos parado.
Decidimos salir del campo donde estábamos parados, buscar la carretera, y encontrar un indicativo de donde estábamos y...
El cartel decía, Granada 114 kilómetros, estábamos en Juviles, nos miramos asustados, estábamos a mas de 600 kilómetros de donde habíamos aparcado una hora antes, pero sabíamos que era imposible, habíamos parado cerca de Quintana de Valdivielso provincia de Burgos a trescientos kilómetros de Madrid mas o menos, era imposible del todo estar a 114 kilómetros de Granada cerca Juviles...
Las mujeres nos pusimos nerviosas, yo casi lloraba, nadie decía nada, buscamos una gasolinera, sólo por no quedarnos en medio del campo, eran las cuatro de la madrugada, el cuenta kilómetros decía lo que habíamos conducido pero todo era irreal y no teníamos explicación para lo sucedido.
Después de hablar unas horas, y descansar un poco más, decidimos seguir por el Sur, estaba claro que yo no tenía que conocer por dentro las cuevas, y no quisimos seguir hablando de lo sucedido, porque cada vez que lo hacíamos discutíamos entre nervios y miedo, nada hemos dicho a la familia, total nadie nos creería, nadie podría entenderlo, al igual que no lo entendemos nosotros cuatro, total, otra aventura mas que la vida nos preparo en su hoja de ruta...