MIS AFECTOS

 

MIS AFECTOS

Cuando mi vida cambio, empecé a distribuir mis afectos, coloque a mi marido, a mis hijos, y mi familia  en mi día a día, pero después, deje hueco para los nietos que llegasen algún día, pero sobre todo deje un hueco para las hijas que mis hijos traerían algún día a casa… sus mujeres.

Pero todo eso fue un tesoro para mi, apenas a nadie le hable de ese sentimiento, porque cuando en alguna conversación de amigas dejaban caer este tema todas me decían… ándate con cuidado alma cándida, las nueras jamás serán tus hijas…

Pero yo pensaba en mi suegra, la madre de mi marido que se empeño en hacerme la vida agradable, volcando parte de su amor en mi, al igual que a sus hijas y  demás nueras, y que alguna la comprendió como yo, otras no tanto.

Para poder ser indiferente a los daños… colaterales, empecé mi campaña de amor, y cuando mis hijos llegaron con sus parejas, yo me volqué en lo que puede, y cuando llego mi nieta cuidando de ella sin proponérmelo, ella, Andrea se convirtió en mi tiempo, mi afecto más importante, porque ella me necesitaba.

Ella llego a convivir a diario en los primeros años de su vida, yo nada puede hacer, mi hijo llego un día diciendo necesito que te quedes con la niña, y la niña se quedo conmigo casi tres años, día a día, y cuando llegaba el verano, ella cambiaba su casa por la mía de la playa, y así se convirtió en mi sombra.

Nadie más que mis hermanas saben lo que a veces sufrí con mi niña querida a las horas de las comidas, yo ya tenía años de sobra para ser abuela, pero no para volver a ser madre… y eso fue lo que fui.

Y ella, la madre de la niña, fue por entonces mi desvelo, siempre vi que estaba distante, cuando ella estaba sin mí, reía, y participaba en conversaciones, y su compañía era grata a todos, ella cambiaba cerca de mí, yo siempre decía a mis hermanas ¡¡¡ no me quiere!!! Y ellas decían se ve, pero algún día se dará cuenta de tu cariño desinteresado...Y ya llego ese día.