domingo, 25 de diciembre de 2022

EN EL PARAISO



EN EL PARAISO



Lo puso en la parte más bella, para que pudiese admirar su obra, vivir allí y dejarle como rey único de sus días.

Y el rey se aburría, no sabiendo apreciar las bellezas que en el existía, y tumbado bajo un manzano dejaba pasar los días, triste, entonces Dios pensó que necesitaba una compañera que le ayudase a disfrutar de las flores y, comer todas las frutas del paraíso y creo a Silvia.

Ella era la flor más bella, y el hombre aburrido dejo de estarlo, y ambos pasearon y vieron por primera vez el atardecer juntos, el tumbado, mientras ella tejía lianas para ponerlas de cortinas y resguardarse del sol.

Dios pensó que no había acertado después de dárselo todo, ambos se aburrían, y creyó Dios que deberían tener algo solamente suyo, que no estuviese en el paraíso cuando ellos llegaron, y en una tormenta fuerte de verano, resguardados de la lluvia bajo las cortinas tejidas por ella, crearon ha Andrea.

Ambos miraban asombrados la maravilla que ellos habían creado, sus manitas perfectas, y sus ojitos tiernos, como la llegada del alba.

A través de ella despertaron a la vida, y quisieron mas cosas para darles a su hija, el paraíso no era lo bastante hermoso, y solo pensaban en mejorarlo, para cuando ella, alargara sus bracitos  encontrara a sus papás era lo mas importante, pero ellos no estaban, de ella cuidaba un viejo sauce llorón, que la acariciaba con sus ramas cansadas del tiempo, y la arrullaba con el viento entre sus hojas.

Y el viejo sauce se volvió palmera, y sus frutos alimentaron a Andrea, que crecía fuerte y bella, queriendo jugar con sus hojas y bailar al ritmo de la brisa.

Sus padres, seguían sin estar cerca de la niña bajándole estrellas cada noche para que jugase con ellas por el día, mientras la niña miraba al cielo y decía… Papá, Mamá y señalaba con sus manitas hacia la palmera que le cantaba canciones y la dormía entre susurros.


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